jueves, 30 de abril de 2009

Atrapado en el tiempo

Hace cinco años y pico, se interpretó en Australia el himno español equivocado. Fallaron por 64 años de nada, pero dudo mucho que se identificase el himno de Riego apenas empezó a sonar... mas bien creo que se percataron hábilmente de que no era el himno actual. En fin, esas cosas no sólo pasan en Australia. Sin ir más lejos, aquí mismo, en un supermercado yokohamero venden vino espumoso español... pero parece que alguien también tiene aquí un abuelo exiliado. Y si no, que me expliquen de dónde sale la tricolor.

Debería haber preguntado, ¿verdad?


miércoles, 29 de abril de 2009

Goteras

El otro día vi unas pequeñas goteras en la estación de Yokohama, tan pequeñas que los cubos que pusieron no tenían casi nada dentro. Lo realmente sorprendente es el tratamiento de choque que le han dado al tema. Poner un cubo para recoger el agua es lo normal, se hace hasta en España, aunque no siempre. Lo que ya entra dentro de la idiosincrasia japonesa es rodear cada cubo con varios conos de señalización, igualitos a los empleados en las carreteras, y además poner a un vigilante empleado junto a los mismos. ¡Eso es seguridad!

Seguro que a nadie le cae una gota encima.


martes, 28 de abril de 2009

Kasapon

O enfunda-paraguas, que se diría por Hispania. Todos conocemos la Séptima Excepción de Zymurg a la Ley de Murphy, que dice: cuando llueve, te mojas. Para soslayarla, usualmente se emplea un paraguas, y mira por donde, dejas de mojarte. Un nuevo problema aparece cuando quieres introducirte en un local, establecimiento, comercio o similar, dado que un chorreante paraguas no es la mejor compañía.

En Japón el uso de paragueros es común. La gente no tiene querencia a robarlos, además. Sin embargo, existe un método para que sigas en posesión de tu paraguas. En la entrada de algunos establecimientos, un servicial empleado coloca un preservativo gigante al paraguas, evitando que mojes todo cual sacerdote con hisopo en ristre.

Sin embargo, estamos en la tierra de la automatización, la tecnología y la innovación, con lo que hay una máquina que hace exactamente esa labor, con una pequeña colaboración por nuestra parte. Vean, vean...

El fantabuloso Kasapon ( 傘ぽん). Kasa (傘) significa paraguas, y pon (ぽん), pues... es una onomatopeya, como catapúm chimpúm. Al menos eso me han dicho...


Procedemos a la inserción.


Por ser plebeya, la introduje toda ella.


Y como decía Tip al llenar un vaso de agua: Et voilaaaaaa...


lunes, 27 de abril de 2009

Nombres curiosos y/o desafortunados

En ocasiones ciertos productos o establecimientos japoneses escogen un nombre que, o bien es una palabra en nuestro idioma, escogida a sabiendas, o simplemente coincide con una de las nuestras, lo que puede llevar en ocasiones a equívocos o situaciones jocosas. A continuación, ejemplos:

Esta es una cafetería que hay cerca de donde vivo. Muy japonesa. ¿O muy española?


Dentro no sólo venden café, sino cafeteras, cacao, pastelitos... y bizcochos, algunos con ese poco afortunado nombre.


Esta es una cafetería típica, pero el nombre se las trae. ¿Será por lo de "demitasse"?

domingo, 26 de abril de 2009

Accidente humano

Ya comenté en una entrada anterior que en ocasiones los trenes se retrasan por un accidente humano. Básicamente eso significa que alguien se ha suicidado saltando a las vías, aunque quizá si a alguien le entra un ataque al corazón mientras está en un vagón también se aplique, pero no tengo la certeza. El aviso es el que aparece en la fotografía.

sábado, 25 de abril de 2009

Aranjuez

Siguiendo con el repaso a restaurantes españoles, hoy le ha tocado al Aranjuez. Lo cierto es que iba con la mosca detrás de la oreja a causa de las kafkianas paellas que mostraban ufanos en la entrada. Sin embargo, la cosa no fue tan traumática como pensé. Hay un menú por 2000 yenes que incluye unas tapitas, paella, un plato principal, bebida y postre.

Las tapitas son literales, es decir, pequeñitas. Me tocaron dos boquerones aventureros, una lonchita de jamón y una cosa gris que no sé qué era, además de una taza de gazpacho, muy bueno, por cierto. La paella era pequeñita, y si exceptuamos los guisantes y el pimiento, bastante normal. Y además estaba buena. Lo curioso es que consideran la paella como un primer plato, y luego te dan a elegir un plato principal de carne o pescado.

La bebida, si es agua, es gratis. Incluido en el menú iba un vasito de sangría. En fin, no ha estado mal, no ha estado mal...

La entrada del restaurante. No muestro las paellas mutantes.


Las tapitas. ¿Qué sería la cosa gris?


Paella de juguete, pero rebuena. O quizá tenía hambre...


Carrrrne en plato ardiente de hierro. Sabrosona.


Y el postre. Mientras mi mano derecha buscaba la cámara, la izquierda fue más rápida, y este es el resultado final.


viernes, 24 de abril de 2009

Cuchillo cerámico

Yo creía que Kyocera se dedicaba a las impresoras, pero tras un más detallado examen del menaje cocinil, veo para mi sorpresa que tanto la tabla de cortar como el cuchillo son de esa marca.

Por lo visto Kyocera se especializó en materiales cerámicos antes que en electrónica. Tras una consulta a la fuente de todos los saberes, como dice Lorco, me enteré de que las cámaras Yashica y Contax también eran suyas, entre otras muchas cosas.

Este cuchillo cerámico está tan afilado que corta hasta la respiración.


jueves, 23 de abril de 2009

Pañuelos de papel mil

Una de las formas más comunes de publicidad por estos lares es la de entregarte un paquetito de pañuelos de papel. La forma no es como los habituales en España. Aquí son mucho más planos y finos, con lo que permiten fácilmente la inclusión de publicidad. En ocasiones ésta está impresa en el plástico que cubre los pañuelos, en otras es una hoja de papel inserta en una pestaña del envoltorio.

Es habitual encontrarse repartidores por doquier, y los diseños son múltiples y variados, como se puede ver aquí:

Y he tenido más...


Estos son mis favoritos. El del dragón tiene la particularidad de que los pañuelos son negros, los únicos que he visto así. El otro es simplemente un entrañable perrito.


Y este tiene su miga. No sólo el tamaño es mayor del usual... ¡es de un local de contactos!


Cumplida información para los interesados...


martes, 21 de abril de 2009

Apoyo pepinista

Ale es uno de tantos hispanoides que viven en Japón. Tiene alguna particularidad, como su banda, Pepino, cuya música es generada por consolas Game Boy. Bueno, lo último que ha hecho es presentarse a un concurso de chicles. No es que tenga que masticarlos, sino seguir la coreografía del anuncio, subirla a Youtube y esperar a ser la más visualizada. Y como no me cuesta nada, pues aquí que va su vídeo. Si gana, a ver si se enrrolla y me envía algún paquetito de chicleses.

lunes, 20 de abril de 2009

Revistas del motor

La industria editorial en Japón mueve una cantidad de publicaciones apabullante. Existen publicaciones dedicadas a multitud de temas, y en los más extendidos, la cantidad es muy elevada.

Como muestra aquí hay unos ejemplos, tomados en el Daiei que me pilla más cerca:



Esas son sólo las dedicadas al automóvil. Aún había más que no salieron en la foto, y faltan todas las dedicadas a las motos, que ocupaban un espacio similar. Ahora ya tengo otro motivo más para aprender a leer.

sábado, 18 de abril de 2009

Con un par

En ocasiones uno se encuentra ciertas figuras escultóricas enfrente de un edificio. No sé si estarán ahí por patrocinio, por hacer bonito, por promoción del ayuntamiento o qué, pero suelen ser poco convencionales. Una parece una paloma estilizada, otra un conjunto de rodamientos semienterrados en el suelo, otra una arandela retorcida sobre sí misma...

En fin, hay para todos los gustos, pero la que reproduzco aquí, que por cierto estaba frente a un banco, es especialmente significativa por las diferentes lecturas que admite:

De aquí venía lo del par, y si se mira con más detalle la plaquita...


Lo mejor es que el señor Takahashi, que realizó la obra en 1992, la titula algo así como "hacia arriba", "sube"... en fin... y luego hablan de publicidad subliminal...


jueves, 16 de abril de 2009

Nombres de estaciones

Hay un montón de estaciones en el mapa que hay al pie. Los nombres de algunas de ellas pueden recordar ciertas cosas o lugares por homofonía o simple coincidencia del nombre. Por ejemplo, tenemos estaciones motorizadas, como Honda o Kawasaki, cosa por otra parte lógica, ya que son también apellidos. Otras nos recuerdan poblaciones cercanas, como Chiba (Chiva) o Niiza (Niza).

Para los seguidores de Naruto tenemos a Narutō, Sakura y Hyūga bien cerquita entre sí. ¡Vaya triángulo! Algunas tienen el mismo nombre que algo, como Banda, Mito o Toro, pero creo que la que se lleva el premio a la originalidad no es esa, sino la que está a la izquierda de Oyama. Buscad, buscad... está arriba del plano, bajo el nombre de la línea Utsunomiya.

miércoles, 15 de abril de 2009

Museo Ghibli

No sé si vosotros lo seréis, pero a mí me fascinan las películas de Hayao Miyazaki. Su Studio Ghibli tiene un museo, que he visitado hoy mismo, y debo decir que ha sido una fructífera visita. Si conocéis su obra, reconoceréis fragmentos de ellas en cualquier rincón del museo, desde las vidrieras, ilustradas con sus personajes, a la ambientación general, y sobre todo, la terraza, que recuerda la superficie de la isla flotante de El castillo en el cielo, con su robot gigante y todo.

En el interior se nos presentan los primeros inicios de la animación, reproducciones de un estudio con bocetos, storyboards, tablas de color... además, hay una pequeña sala de proyección donde se puede ver en exclusiva un corto con Mei, de Mi vecino Totoro, como protagonista. En él encontramos de nuevo a Totoro, al Nekobus y la familia de éste último.

También hay una tienda de recuerdos, llamada Mamma Aiuto, como la banda de piratas aéreos de Porco Rosso. Ahí no pude resistirme a comprar algunas cosillas...

La entrada del museo. Al lado hay un parque y un zoo.


Foto tomada, con la habilidad que me caracteriza, a contraluz. Al menos fue en el interior, donde está prohibido. Los empleados se te lanzan encima si te ven con cámara o teléfono en ristre.


Aunque se parezca, no es Brutus, el malo de Popeye.


Un robot sujeta-tarjetas, un kurosuke, y un juego de cuños. ¡Y funcionan!


Mi nueva y fastuosa camiseta. Eso sí, se pasaron en el precio...

martes, 14 de abril de 2009

Naftalina que avisa

Ha pasado tiempo desde que las abuelas ponían bolas de naftalina en los armarios para alejar a las polillas, pero hoy en día se sigue haciendo lo mismo. De hecho, entre otros muchos sistemas, hay uno que es el que ilustra esta entrada. El insecticida está encapsulado, para que en ningún momento lo toques. Lo más llamativo del caso no es la efectividad o la protección, sino el aviso de que la efectividad ha alcanzado mínimos. Cuando ello sucede, aparece la palabra owari, que viene a decir sanseacabó. Y el que avisa no es traidor. Qué cosas...

lunes, 13 de abril de 2009

Mi móvil

Al poco de llegar aquí tuve que aparcar mi móvil, y empezar a mirar con qué lo podía sustituir. Aunque un modelo español funciona aquí, los gastos de roaming lo hacen por completo inviable. Finalmente me hice con uno bastante completo, un Sharp WS020SH.

Tiene un pantallón de 3 pulgadas y una resolución de 800x480, lo que me gusta mucho. El que el sistema operativo sea Windows Mobile ya no me gusta tanto. Corre a 520 MHz, tiene 128 megas de RAM (no mucha, la verdad) y 256 de ROM. Por supuesto, Bluetooth, WiFi, TV, Internet...

El frontal carece completamente de botones, siendo táctil por completo. La parte inferior puede alternar entre un dial para marcar o los típicos controles de un teléfono. Deslizándose lateralmente, aparece un teclado QWERTY de muy buen tacto. Lo que menos me ha gustado es la cámara, de sólo 2 megapíxeles, sin flash y bastante mala cuando hay poca luz.

Resumiendo, el teléfono me gusta un montón, pero lo malo malísimo es que todo, absolutamente todo está en japonés, y he perdido muchas funcionalidades por ello. De todos modos, eso es algo que se solucionará con el tiempo, o hasta que pueda instalarle un SO en español o inglés.

sábado, 11 de abril de 2009

Bambú de chocolate

Al menos es lo que dice la caja. También un producto de Meiji, ya hablé de sus primas, las setas de chocolate. Ahora presento a los bambuses raperos de chocolate, aunque el nombre oficial es bambú del campo (o de la huerta). Debo reconocer que cuando empecé a escribir esto no veía la relación entre estos dulces y el bambú. Para mí el bambú es un cilindro, una caña hiperdesarrollada, y estos chocolatitos parecen la punta de un espárrago. Subitamente se hizo la luz en mi mente y relacioné el aspecto con el brote de bambú, que debe parecerse al del antes mencionado espárrago.

Esta es la caja de los interfectos, takenoko no sato.


La caja abierta con los hermanos bambuses contándonos lo buenos que son, y la pobre seta al fondo a la derecha pidiendo que no la olvidemos.


viernes, 10 de abril de 2009

De colegialas y calcetines

A menudo me he preguntado qué secreto tienen las colegialas japonesas para mantener sus calcetines siempre en su lugar. No me refiero a las chicas malas que llevan calentadores estilo Fama, sino a colegialas normales y corrientes, con esos calcetines que llegan casi a la rodilla.

Yo recuerdo de pequeño que los zapatos se me comían los calcetines. Estos acababan de plantilla. Por eso no entendía como estas muchachas los tenían siempre impecablemente estirados. ¿Qué hacían? ¿Estirarlos cada vez que nadie mira? Si eran calcetines con el elástico muy ceñido, eso acaba cortando la circulación y no parecía que se quejasen... ¿se trataba quizás de un tejido especial y secreto, acaso empleado en aeronáutica?

Pues no. Son simples calcetines con un suave elástico que apenas aprieta como para mantenerlos en su sitio. Para que se queden donde corresponde hay un truquillo. Se pegan los calcetines a la pierna. Así es, se emplea un pegamento en barra, hipoalergénico y todo eso, supongo, que mantiene las cosas en su sitio.

Ya ves, como decía el señor Holmes (Sherlock, ¿eh?), una vez descartado lo imposible, lo que queda, por improbable que parezca, debe ser la verdad. Y así ha sido...

jueves, 9 de abril de 2009

Hoy, shabu-shabu

Siguiendo con el repaso gastronómico, veamos ahora en qué consiste el shabu-shabu (しゃぶしゃぶ). Se trata de un plato guisado, similar en preparación al sukiyaki. Usualmente es tomado en invierno, aunque no es una regla fija... se puede disfrutar también con el aire acondicionado en la posición glacial. Lo más común es prepararlo en una cazuela eléctrica, empleando como ingrediente principal tiras de carne de ternera y cerdo, acompañado de setas (shiitake), tofu, verduras varias y shirataki. El nombre de este último ingrediente significa catarata blanca, y resultan ser una especie de fideos gelatinosos, no muy agradables de aspecto pero sabrosos.

La preparación se inicia con agua en la cazuela, cuando hierve introducimos todo excepto la carne. A medida que las cosas empiezan a sustanciarse, se sacan inmisericordemente del caldo primigenio, se sumergen en salsa y se comen. Se emplean dos tipos de salsa, una de soja y otra de sésamo. La carne es habitual mojarla en esta última. Y hablando de la carne, cuando ya hemos atacado el resto de componentes, se empieza a añadir la carne, que resulta hervida en el caldo de verduras que hemos preparado. Durante el proceso, aparece una pequeña capa superficial llamada aku, que debe ser retirada cada cierto tiempo.

Bueno, a mí me ha entrado hambre sólo de escribirlo. Me parece que verano o invierno, seguiré disfrutando de un buen shabu-shabu de vez en cuando. ¡Buen provecho!



Empieza la fiesta: agua hirviendo, tres tipos de carne, dos de salsa, setas, tofu, shirataki y verduras mil.



Primer acto: todo lo que no es carne, en remojo.



Y el toque final: carrrrne...


miércoles, 8 de abril de 2009

Hoy, ramen

El ramen se ha convertido en uno de los más famosos platos japoneses, pese a que fue popularizado no hace mucho, y que su origen es chino. Se trata de una sopa cuyo caldo puede tener diferentes bases (salsa de soja, sal, cerdo...) a la que se añaden fideos largos (como spaghetti) y una serie de ingredientes como huevo cocido, carne de cerdo, nori (un tipo de alga), brotes de bambú y otros tipos de verdura. Existen gran cantidad de combinaciones.

Personalmente, es una de las cosas que más me gustan, y que disfruto con fruición. No puedo evitar apurar la sopa bebiéndome el cuenco cuando he acabado con todo sólido que contiene. Es una comida muy nutritiva, no especialmente cara (suele estar por debajo de los 1.000 yenes) y realmente sabrosa.

Para más información ruego encarecidamente la visión y disfrute de la película Tampopo. Por cierto, existe un museo del ramen en Yokohama, con una excelente ambientación alrededor de 1960. Parece que paseemos por un suburbio japonés de esa época, donde hay multitud de restaurantes de ramen que ofrecen especialidades de todo Japón. Incluso si queremos probar varios sin hincharnos demasiado, disponen del tamaño "mini", pero eso es otra historia...

El último ramen que me eché al coleto, con doble ración de nori.

Muestrario de los sazonadores y complementos con que podemos aliñar el ramen. Personalmente, lo tomo tal cual, pero las opciones son buenas. A la izquierda la jarra de té de la que te puedes servir sin límite (si la vacías, te traen otra).


martes, 7 de abril de 2009

Setas de chocolate

Meiji es una compañía que, entre otras muchas cosas, hace setas de chocolate. Para ser más precisos, sólo el sombrero es de chocolate, el pie es una especie de rosquilleta. Viendo la caja, pensé que sería fácil separar las dos partes, pero nada... lo intenté y el pie se me desmenuzó durante el proceso. Respecto al sabor, no es como para echar cohetes... no está mal, pero nada especial. En su web se pueden ver algunos de sus curiosos anuncios de TV.

lunes, 6 de abril de 2009

El transporte y yo

Y digo transporte para no ser tan poco preciso como cuando dije el metro y yo. El viernes tuve que desplazarme a la embajada, y experimenté dos cosas nuevas en el tren. En primer lugar, un enooooorme retraso. En ocasiones (raras) algún tren se retrasa algún minuto que otro, lo que es rápidamente compensado con la posterior llegada de otro sin apenas esperar. Yo es lo que suelo hacer, si no llevo prisa, simplemente cuando la cola avanza y me toca entrar, me quedo a un lado de la puerta, y espero al siguiente.

Si embargo, esta fue la primera vez que vi un retraso de más de media hora. La causa fue otra vez el problema humano del que hablé. El andén era una auténtica marea humana. De hecho la gente lo llenó y empezó a acumularse en las escaleras. Esta vez no pude esperar y entré en el vagón, y aunque apretujado, logré llegar a Ebisu , en Shibuya, donde me dirigí presto a la estación de metro.

Curiosamente, la entrada del metro está apenas a 10 metros de una de las salidas de la estación de JR, pero hábilmente me equivoqué de salida y hasta que no deshice todo el camino no la encontré.

A mí no me gusta apresurarme ni correr, pero ya se me hacía tarde. Bajando las escaleras que me conducen al andén del metro oigo el aviso de que se van a cerrar las puertas, y ahí que voy convertido en un ariete humano, con mi objetivo en las puertas. Intento lanzarme en plan quarterback hacia las puertas, esquivando hábilmente a media población de Tokio, cuando en mi doble pirueta final casi me llevo conmigo dentro del tren a una chica. Sólo me dio tiempo de oir el gritito que soltó mientras el efecto Doppler distorsionaba mi sumimaseeeeen y aterrizaba con una poco grácil pirueta en el vagón. La gente casi aplaude y todo.

Al fin llego a la estacion de Roppongi, y pienso que no llego a tiempo, así que cojo un taxi. No me costará mucho porque está cerca. Por cierto, la bajada de bandera son 710 yenes. Otra cosa, los taxistas no tienen porque saber inglés, por lo que cuando le dije "Spain embassy", el hombre se quedó a cuadros, y yo, más. Lo único que creo entendió fue "Supein", España en japonés, y es lo que buscó afanosamente en su navegador. No sé lo que encontró, pero no era la embajada. Finalmente conseguimos llegar cerca, y opté por bajarme. No gané tiempo, pero me ahorré algunos minutos de caminata. Al final el buen hombre hasta me perdonó 10 yenes por la carrera.

A la vuelta, y ya sin prisas, estoy el primero en la cola cuando llega el tren, veo un sitio libre y me dirijo hacia el, cuando de pronto... ¿habéis visto ese episodio de Héroes cuando a Hiro le roban la mitad de la fórmula, detiene el tiempo y encuentra un rastro a través del aire que lleva hasta la velocista? Pues más o menos eso es lo que me pasó a mí. Sin detener el tiempo ni nada, súbitamente vi cruzar por delante de mí a un veloz trazo marrón , que acababa en una señora mayor sentada en el lugar donde me dirigía.

Pensando que me estaba pasando más en un día que en varios meses, seguí estoicamente de pie, cuando al rato, el tren hizo sonar la bocina y dio el mayor frenazo que he visto hasta ahora, hasta detenerse. Por lo visto, alguien había cruzado un paso a nivel, me parece que en bicicleta, y el conductor tuvo que hacer una frenada de emergencia. Como estaba en el primer vagón, pude ver el proceso que siguió el conductor. Mientras una alarma sonaba, se puso en contacto telefónico con alguien, no sé si con el conductor que va en el último vagón o con la central. Sólo reconocí la palabra jitensha o bicicleta. Luego dio explicaciones por megafonía a los viajeros, y tras un par de minutos, reemprendimos la marcha.

Siento que hoy no haya nada para ilustrar el artículo, y espero que nadie piense como un editor dijo al ver los dibujos de un caricaturista: ¡Demasiada letra!

sábado, 4 de abril de 2009

Sakura sakura

O lo que es lo mismo, flor de cerezo a tutiplén (o cascoporro, que dicen ahora). Los cerezos empiezan a florecer, y sus blancas flores alegran vista y espíritu. Es tradición fotografiarlos y hacerse una merendola bajo alguno de ellos, aunque la cosa está degenerando. Uno de mis profesores de japonés me indicó que el parque Ueno es uno de los mejores sitios para ver sakura y para hacer la merienda de rigor. Lo malo es que el inocente picnic empieza a degenerar en una especie de botellón, y el parque huele más a alcohol que a flores.

Otro sitio recomendable es en el santuario de Yasukuni, y alrededor del foso del palacio imperial. Aprovechando que fui a la embajada (el relato de mi viaje da para la segunda parte de el metro y yo), pasé por una calle que está llenita de cerezos en flor, que fotografié con fruición, como se puede comprobar.

El muro de la derecha es la parte trasera de la embajada.




Y esta la tomé justo al salir de Tapa Tapas.

viernes, 3 de abril de 2009

Hoy, paella

He empezado con mi repaso a los restaurantes españoles por mi zona, y el que está más cerca de donde vivo es Tapa Tapas. Se encuentra a menos de 300 metros de la salida sur de la estación de Yokohama, en un nuevo complejo que inauguraron el 12 de marzo. Está lleno de restaurantes de todo tipo, un balneario, gimnasios, tiendas y una bolera.

Entre varias cosas me decidí por lo más convencional, una paella de pollo. Estaba preparado para cualquier cosa, pero tampoco fue tan traumático. Lo más exótico que añadieron fue shiitake, una seta. Eso sí, la preparación no es la auténtica, más bien parecía un arroz al horno. La paella estaba servida sobre un plato, porque el metal ardía como si lo acabasen de sacar de la caldera del Fujiyama.

Por 1.000 yenes me tomé la paella y una bebida a elegir. No es muy barato, pero tampoco es tan caro. El sitio no está mal, y además, las camareras son guapas y sonrientes, no como en algunos sitios, donde parece que tengan úlcera, por no decir otra cosa...

Eso sí, tendré que proponerles una corrección ortográfica de carta y rótulos a cambio de opípara cena, porque algunas cosas se les han colado, algunas...

¿Sardinas fritos?

Esto es lo que hay.


Aunque fue plenamente comestible...

... prefiero las que me hacía mi señor padre.

La dolorosa.