jueves, 31 de marzo de 2011

El prisionero

Quizá alguno recuerde aquella serie de televisión llamada "El prisionero", donde el pobre Patrick McGoohan estaba recluido en una villa costera y pasaban cosas de lo más raras. El símbolo de la serie era un velocípedo, del que he encontrado una buena réplica en un aparcamiento de bicicletas y ciclomotores en Hashimoto.




domingo, 27 de marzo de 2011

Yo sigo...

Tal y como decía Joe Rígoli. Es innegable que hubo que mencionar lo que ocurrió y lo que todavía está ocurriendo en este país, y aunque llevo dando noticias durante dos semanas, esto no es un telediario, afortunadamente, añado.

Creí necesario hablar de la magnitud de lo ocurrido al noreste, y luego desmentir las necedades que se han visto en la prensa, donde el amarillismo parece haberse impuesto. Por supuesto, el problema dista de estar resuelto, y hay muchísimas consecuencias económicas, humanas, e incluido en estas últimas, físicas, cuyo alcance aún no conocemos.

Sin embargo yo no inicié este blog como un sesudo estudio sociológico, ni el referente occidental ante la vida y valores japoneses. Yo sólo quiero contar las cosas cotidianas que me pasan, y especialmente cuando alguna me parece de la suficiente relevancia sobre mi gris existencia.

Por tanto, ahora que ya es posible conseguir información directa desde Japón sin pasar por el tapiz gore de la prensa occidental, cierro radio macuto, a no ser que algo realmente grave vuelva a suceder. Ya digo que mi principal problema hasta ahora fue levantarme un día a las cinco para comprar leche, así que lo próximo que se va a ver por aquí volverán a ser el primer cerezo en flor que he visto, pececitos en el río, pajaritos por aquí y nombres curiosos por allá.





miércoles, 23 de marzo de 2011

Reivindicando a Godzilla

Las cosas llevan unos días sin cambios significativos. No empeoran, pero tampoco mejoran especialmente. Al noreste, se siguen encontrando víctimas y los refugiados siguen en sus albergues. En la metrópoli, siguen con agua contaminada. Los supermercados tienen suministros, pero la gente se asusta por las noticias y arrambla con agua, por ejemplo. Curiosamente, hubo leche cuando se comunicó la contaminación de la misma. Al menos los niveles no son letales en absoluto, y sólo una acumulación conllevaría riesgo para la salud. De todos modos, es mucho más sencillo detectar radioactividad que cualquier contaminante químico.

Como digo, las cosas siguen igual, llevando electricidad a la central nuclear, retirando a los trabajadores cuando empieza a humear, y recibiendo radioactividad día tras día, porque aún no se sabe ni por dónde sale. La prioridad número uno debe ser detener estas emisiones. También se siguen regando los edificios de la central, o lo que queda, y por supuesto, seguimos con las réplicas.

Las ilustraciones que acompañan la entrada hacen ambas dos referencia a Godzilla. Una es del ya sospechoso habitual Hormigos-san. La otra es de Erlich. Se inspira en el conocido grabado La gran ola de Kanagawa de Katsushika Hokusai.


lunes, 21 de marzo de 2011

El niño nuclear

Hace unos días que existe una animación que explica qué está pasando en Fukushima. La he visto con tres traducciones diferentes, y pongo aquí la que me parece más completa. Un niño lo entenderá, porque está dirigido a ellos. Esperemos que también lo entiendan algunos adultos. Y esperemos que el pañal aguante.


domingo, 20 de marzo de 2011

Yokohama hoy

Me he dado un pequeño paseo por las zonas más usualmente transitadas alrededor de la estación, y lo cierto es que no hay apenas diferencia con un domingo normal. No hace falta que diga nada más, porque las fotos lo dicen todo. Tan sólo mencionaré que el nivel del agua es inusualmente alto. Quizá sea por la hora y por tanto la marea, porque esta es inusualmente potente o porque nunca he mirado al agua a esta hora, aunque me parece que no hay marcas dejadas por el agua a esa altura. No sé, me parece un nivel más alto de lo habitual.

La grieta que rodeaba el supermecado Daiei está siendo reparada. Se ha vallado la zona y levantado la acera. El espacio abierto ha sido cubierto. Una nota indica que el supermercado y el edificio de viviendas que comparten el bloque no han sufrido daños.

Por cierto, me he pasado por un kombini y tenían agua. En botellas pequeñas, pero había. De momento no hay escasez...
















sábado, 19 de marzo de 2011

Reconstrucción

Desde luego, es menos que una gota en el océano comparado con lo que ha pasado por ahí arriba, pero los pocos daños que han aparecido en Yokohama ya están siendo reparados. Tan sólo tengo foto de la reparación de la pequeña grieta que apareció en la fachada de un edificio, pero la grande que rodeaba a un supermercado también está siendo reparada.


Graduación

En esta semana que acaba deberían haber tenido lugar las ceremonias de graduación de muchos estudiantes. Debido a lo que ha ocurrido, muchas no han tenido lugar, y otras se han limitado a una entrega formal de títulos sin más ceremonia.

Sin embargo, algunos colegios han tratado de seguir con el sistema habitual, aunque unos días más tarde. Estudiantos y estudiantas han recibido su título vestidos elegantemente. Ayer, mientras estaba sentado al sol como un abuelo (sólo me faltaba echarle pan a los cuervos) me crucé con varios grupos de inocentes muchachuelos. Tras todo lo que ha pasado sienta bien escuchar risas sinceras.


viernes, 18 de marzo de 2011

Por fin, sensatez

Cansado ya de ver los sesgados, catastrofistas o directamente falsos titulares de prensa española, me sorprende encontrar esto, del maestro Mingote:


jueves, 17 de marzo de 2011

Sin novedad en el frente

Ya lo dije ayer, la situación aquí no reviste gravedad. El noreste está devastado, y en Fukushima la situación dista de estar controlada, pero no hay una nube radioactiva dirigiéndose a la capital, ni existen colas masivas ni falta de suministros.

Ayer yo mismo seguí mi consejo. Antes de las cinco de la mañana me fui a un kombini y conseguí leche. La gente está acopiando alimentos no perecederos, como arroz, ramen y conservas, y por eso es lo primero que se agota, pero la vida sigue. La "zona de guerra" está al noreste, no en Tokio o Yokohama.

Hoy se habían anunciado cortes importantes, que finalmente no se han producido. Lo más destacable ha sido la congestión de viajeros en ciertas líneas en momentos puntuales, volviendo luego a la normalidad. Eso ha sido un problema de falta de escalonamiento. Se anunciaron los cortes a partir de las 7 y todo el mundo trató de estar en su casa antes de esa hora.

Hoy ha habido por la noche un par de terremotos moderados, de 5,8 grados. He comprobado que algunas nuevas grietas han aparecido en el suelo y paredes de algunos edificios.

Por cierto, parece que algunos medios de comunicación se han cansado de hacer el ridículo y empiezan a bajar el tono de sus alarmistas titulares. Queda muy bien hablar de catástrofes, y de hecho es lo que hay en este país, pero de momento en puntos muy localizados. Anunciar el fin del mundo y que te froten por la cara fotos y vídeos de normalidad, pues escuece.

Shinagawa aproximadamente a las 18:00. Dada la gran cantidad de gente en ese momento, los trenes posteriores tenían un número menor de usuarios.


 Una de las medidas de ahorro, además de apagar parte del alumbrado en las tiendas, es eliminar la iluminación de las máquinas expendedoras.




Grietas alrededor de Hamabowl, un edificio que tiene poco más de un año.


Casi enfrente. Y sí, se ha cubierto la grieta con cinta aislante.

Aviso de terremoto en la televisión. Corresponde al primero de los dos que ha habido esta noche.

miércoles, 16 de marzo de 2011

El día a día


Hoy no voy a hablar de las macronoticias nucleares. Me centraré en qué hace la gente de Yokohama diariamente.

No voy a decir que aquí no pasa nada, porque sería mentira, pero desde luego, los alarmantes titulares que se pueden encontrar no contribuyen en nada a la calma, y me refiero fuera del país. Desde luego, el tsunami ha hecho destrozos sin límite, pero en zonas concretas. En la mayor parte del país ni se han roto cristales. En la zona más poblada de Japón, donde yo vivo, las infraestructuras siguen funcionando. El suministro eléctrico se mantiene, hay agua, hay gas y las carreteras y puertos no están afectados.

¿Significa eso normalidad? Relativamente. La gente está comprando artículos básicos más de lo normal, y eso conlleva que el pan, el arroz, los huevos frescos y la leche se agoten rápidamente. La ventaja es que hacer acopio no conlleva que todo se consuma. Quien ya ha acopiado no va a seguir haciéndolo, y habiendo estantes repletos en los supermercados, y los restaurantes ofreciendo servicio sin apenas interrupción, no veo graves problemas.

De hecho, la gente que compra no está haciéndolo histéricamente o cargando kilos y kilos en bolsas. Hay tranquilidad, y los artículos que se agotan son los básicos y los más baratos.Por supuesto, quizá dentro de una semana me esté comiendo los zapatos emulando a Chaplin, aunque dudo que se llegue a esa situación. Lo peor que puede pasar es la liberación masiva de radiactividad a la atmósfera, y en ese caso, comer va a ser el menor de nuestros problemas.

Veamos unos truquillos para conseguir esos artículos básicos. Dado que sigue habiendo suministro, el problema es conseguirlos antes de que se vendan. ¿Cómo? Yendo a los supermercados a la hora de abrir. Los kombini también tienen suministros, y les reponen de madrugada, por lo que al amanecer puede ser un buen momento para darse un paseo al más cercano y comprar leche y huevos.













lunes, 14 de marzo de 2011

Caos ferroviario

A los cortes selectivos de electricidad parece que se está sumando una circulación limitada de trenes, no sé si debido a cortes o por economía. El problema es que el sistema ferroviario de Tokio y alrededores es una maquinaria muy bien calibrada, donde la gente conmuta de unas líneas a otras confiando en la puntualidad de los convoyes.

La información es que hay líneas canceladas, otras que sólo cubren partes de su trayecto, otras que sólo funcionan hasta una hora determinada... se han habilitado autobuses, pero me temo que esto va a resultar en un caos. Comentaristas en la televisión llevan un rato poco menos que echando pestes del sistema. Si para un japonés va a ser complicado, me temo que yo voy a acabar aislado a mitad de trayecto.

Creo que este sistema va a conllevar retrasos, prisas, aglomeraciones, nervios, y en general va a contribuir al malestar general. Espero equivocarme, pero veremos esta noche qué resumen de situación dan.

(7:14) En las noticias siguen informando de lo que funciona y lo que no, pero la cosa pinta mal. La entrada principal de la estación de Yokohama está cerrada, y los accesos a los andenes, cortados. La gente hace colas para coger taxis. Me parece que hoy no llego...

(11:22) Las cosas se están precipitando. Hace un rato ha habido otro terremoto, no tan intenso, de algo más de 6 grados, pero más cercano. Además, se han producido nuevos tsunami de entre 2 y 5 metros, y por si fuera poco el edificio del reactor 3 de Fukushima a estallado. Y lo peor es que hay una constante liberación de vapor, sin duda radioactivo. Creo que me voy a ir al puerto. Me apetece ver el Hikawamaru.

(11:33) Ya no hay liberación de vapor.

(12:00) La compañía eléctrica TEPCO ha anulado los cortes selectivos. Dicen que quizá los repongan a partir de las 9:20 de la noche en caso de necesidad. Posiblemente esto sea consecuencia del caos ferroviario. Con un poco de suerte, mañana los trenes circularán normalmente otra vez.

(19:15) Los cortes cíclicos han sido suspendidos. Ahora cortan sin aviso donde necesiten. El caos en el tren ha sido histórico. Nunca se ha visto nada similar. A no ser que quieran que el país se paralice, tendrán que eliminar la restricción de circulación de los trenes.

El día después

Tengo un empacho de noticias, lo siento. He intentado informar, por aquí y por uno de los foros más concurridos en España, con todo lo que iban diciendo directamente en la televisión japonesa, pero ahora ya se puede encontrar información y vídeos por todas partes.

De hecho, empezaban a repetirse, pero ahora surgen imágenes nuevas, cuando los equipos de televisión llegan al lugar del desastre. Se ven rescates y empiezan a conocerse testimonios. Lo malo es que lo más apremiante ahora mismo sigue sin solucionarse, el problema de los reactores nucleares.

Mañana empiezan los cortes de electricidad. Según he podido entender, no habrá en Yokohama, aunque aún no sé si alguna línea de tren de las que debo tomar mañana se verá afectada. Espero que no. Hoy he tomado el tren por primera vez y la normalidad era absoluta. He ido a Shibuya y la estatua de Hachiko estaba tan concurrida como siempre. Menos mal.

Ahora ya no hace falta que mantenga unos informes constantes, así que volveré a la tónica normal, por supuesto indicando aquellas noticias de especial importancia que se produzcan. Dentro de poco se empezarán a incrementar las cifras de fallecidos, a medida que los equipos alcanzan las zonas afectadas. También indican que es posible un nuevo terremoto de igual intensidad. No quiero decir más porque todo lo que he publicado han sido datos oficiales. La rumorología vuela, y en estos momentos es lo último que necesitamos. Si va a hacer falta un año para tener las cifras completas, pues esperaremos, pero especular es gratis, y parece haber quien necesita morbo.

Esta es la estatua de Hachiko en Shibuya. La tome hace tres semanas, de buena mañana, por eso no se ve a nadie.



domingo, 13 de marzo de 2011

Daños en Yokohama

Realmente debo considerarme afortunado después de lo que ha pasado. Veamos lo positivo:

- En primer lugar, no hacía ni dos horas que había regresado a Yokohama desde Tokio.
- Durante el terremoto no se cayó absolutamente nada al suelo, aunque yo estaba bailando lambada sin pareja.
- No se rompió ni un cristal, ni ninguna lámpara.
- Los servicios seguían funcionando, tanto electricidad como gas, teléfono móvil y fijo e Internet.
- En el exterior no hubo edificios derrumbados ni incendios. Ni siquiera grietas apreciables.

En fin, un cúmulo de cosas positivas. Lo malo es que por ejemplo, no podía abrir la puerta del armario para sacar la bolsa de emergencia porque el suelo se estaba combando y no me dejaba. El teléfono dejó de funcionar poco después, pero creo que debido a que NTT activó el modo de emergencia para evitar colapsos. Sin embargo, Internet ha funcionado en todo momento, al igual que el gas y la electricidad, aunque anuncian cortes de 3 horas a partir del lunes.

En fin, pese a no poder mantenerme vertical, no poder abrir puertas, y el baile que tenían las lámparas, que llegaban a golpear al techo, tuve ánimo para asomarme un par de segundos por el balcón, para ver cómo los cables eléctricos se sacudían como látigos, y las farolas, más flexibles que los pilares de hormigón que sujetan los cables, se sacudían de un modo increíble. No había un ruido de fondo, ni crujidos ni nada similar, sólo golpes secos, y también recuerdo gritos de mujer, pero no de dolor, sino de miedo. De hecho, en ningún momento tuve miedo ni sentí que se acaba el mundo... quizá si las sacudidas hubiesen sido aún más fuertes, o las cosas se derrumbasen a mi alrededor pensaría eso e incluso más, pero lo cierto es que no fue para tanto, y no es que me quiera hacer el héroe.

En fin, hoy salí por primera vez, y la normalidad es absoluta. Algunos artículos en los kombini agotados, pero eso sucede a veces también en un día normal. La gente comprando más de lo normal, pero no haciendo acopio. Gente paseando junto a la estación como en cualquier sábado. No hay nada anormal, excepto la grieta que he visto rodeando a un edificio. Es curioso que siga la forma del mismo, y a las fotos me remito.