lunes, 31 de octubre de 2011

El Aichi E16A y su calandra

No sé porqué causa, razón o motivo, súbitamente he sentido la imperiosa necesidad de hacer algo con el motor del Aichi E16A de Fujimi en escala 1/72 que lleva riéndose de mí casi un par de años. Hasta ahora no he avanzado mucho, quizá un 20 % y de pronto me he querido complicar más la vida.

El Aichi E16A, llamado Zuiun (瑞雲, nube de buen augurio) por los japoneses y Paul por los Aliados, era un hidroavión de hélice equipado con un motor radial. Este modelo a escala del que trato está realizado por Fujimi, y la diferencia de calidad con el Aichi M6A de Tamiya, un aparato muy similar en dimensiones pero con motor en V es enorme, y eso que el modelo de Fujimi cuesta más del triple que el de Tamiya.

En fin, uno de los puntos débiles es el motor radial, que en lugar de ser independiente forma parte de la calandra, el capó aerodinámico que rodea al motor. Dado que hace poco conseguí por 200 yenes en un saldo casi 8 motores Mitsubishi Kinsei me decidí a trasplantarle uno al E16A, y el proceso es lo que detallo a continuación:
He aquí el interfecto, previo a la operación.


Y aquí tenéis la fila frontal de siete cilindros del motor Mitsubishi Kinsei. Comparando con la foto de arriba se aprecia que el hueco para el eje de la hélice del motor es más pequeña, además de tener una extensión innecesaria.


Un poco de lija y algo de lima cilíndrica y ambas cosas quedan solucionadas.


Con un taladro manual se hacen unos agujeritos, que posteriormente se amplían mediante limas y finalmente se unen con una sierra. Luego a lijar, a lijar y a lijar.


Y este es el resultado final, una calandra despejada y lista para albergar el motor.


jueves, 20 de octubre de 2011

12 de octubre en la embajada

Caramba, más de un mes sin escribir, y luego dicen que Internet es un vicio. Si lo es, parece que no es de los míos, la verdad. En fin, se me acumula el material para comentar, como progresos maquetiles, fotos curiosas de nombres y productos, mi segunda excursión amotil y otras, pero hoy vamos rápidamente con una breve, por que no merece más, entrada sobre la recepción del 12 de octubre en la embajada de España en Tokio.

Dejando aparte el hecho de que los cuatro que conozco no estaban, lo más importante es que no había chistorra. Las vituallas furon de lo más decepcionante, tan sólo unas tristes lonchas de embutido y un arroz amarillo que llamaban paella. Al menos había algunos dulces , entre los que destaco las yemas de Caravaca, que fueron convenientemente deglutidas y apreciadas por mi parte. También había churros y chocolate para acompañarlos, pero con las yemas tuve suficiente azúcar.

Resumiendo, muy mal. Cada año ha ido a menos, y miedo me da ver lo que harán el próximo.