Por cierto, no hagáis como hice yo el otro día. Intentando separar dos espirales, pues dos de ellas se encuentran entrelazadas formando un disco, las rompí, así que opté por quemar las dos a la vez. Y además las encendí por cuatro sitios. Total, que al cuarto de hora, mi modesta vivienda parecía Londres en un día de otoño, con la diferencia de que escocían los ojos. Aunque casi me asfixio, seguro que me cargué al jodío mosquito que me asaeteó la pierna el otro día.
El katorisenkō mirando con atención mi mano.
Dos katorisenkō forman este disco.
Caja-quemador.
Detalle del quemador.
¡Armas quimicas! ¡A la Proclamación de las Sombras vas!
ResponderEliminarEsta bien, aqui a veces he visto tambien espirales matabichos de esas, pero poquitas.
En casa somos mas de velas perfumadas y el raid de toda la vida.
esto ... yo me dejo que me piquen , lo prefiero al dolor de cabeza que me causan los insecticidas :P
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