sábado, 6 de junio de 2009

Y de postre...

Cuando a veces me comía aquí un chicle o caramelo con sabor a uva, el sabor me resultaba extraño. No desagradable, sino diferente a la uva de toda la vida. Posteriormente entendí el porqué. No se trata de que los químicos no diesen con el sabor de la uva, sino que el sabor era el de la uva japonesa.

Efectivamente, el otro día la probé por primera vez. La interfecta se llama 葡萄 léase ぶどう o más claro aún, budō. Aparte del sabor, me llamó la atención el tamaño, realmente pequeño. Comparad con el teclado en segundo plano. También es curioso que la piel es bastante gruesa, y que no tiene semillas.

Pequeña pero rica, como Salma Hayek.


4 comentarios:

  1. No las he probado, pero con esa comparación final te creo a pies juntillas.

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  2. Jajaja a mí también me ha matado esa comparación, así que te creo, te creo xD

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  3. Quien haya visto Abierto hasta el amanecer o Dogma me entenderá.

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  4. Ñam,ñam...

    e incluso "slurps!!", diría yo.

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