viernes, 7 de mayo de 2010

Sufro bucho

Además del título de un jocoso libro de Millán Salcedo, esa frase resume lo que me sucede. ¿Cuáles son mis cuitas? Pues resulta que antes que los barcos me gustaban los aviones, así que, en un súbito destello de sincretismo y compra compulsiva, me hice con una serie de maquetas de hidroaviones, de las cuales ya haré una merecida presentación

Por supuesto, y siguiendo mi estilo, no he acabado ninguna, y cuando llego a un problema insalvable, como la pintura, disimular huecos, o los interiores, paso a otra. Sin embargo, lo que me ha deprimido ha sido un detalle tonto.

Normalmente las maquetas que tienen que permanecer apoyadas deberían quedar rectas, no caer sobre su culo (tailsitter lo llaman los que hablan lo de la Pérfida Albión). Eso se soluciona con un contrapeso hábilmente ubicado en la parte frontal de la maqueta. En los hidroaviones es incluso más fácil, puesto que el interior de los flotadores ofrece cumplido espacio para ello, además de tener gran parte de los mismos por delante del fuselaje del avión.

Compré unos cilindros metálicos empleados para sujetar estanterías, y los emplacé en el interior, pero he aquí el problema. Yo y mis prisas... me quedé sin cilindros suficientes, tan sólo con un par, y en lugar de usar dos o tres por flotador, como debía haber hecho, tan sólo puse uno.

Conclusión. Hoy he hecho un montaje en seco (pones todas las piezas más o menos juntas unidas con cinta o cola blanda, para poder separar y montar definitivamente después) y resulta que al pobre Yokosuka E14Y le pesa el culo... y no es fácil de solucionar.

Resulta imposible abrir nuevamente los flotadores, así que sólo puedo añadir más peso en el espacio entre el motor y la cabina, y me temo que aunque lo llene de estaño (que aún he de comprar) no va a ser suficiente. En fin, ya veremos qué pasa. El único consuelo es que el hidroavión se muestra sobre una catapulta, y eso quizá disimule la inclinación.

He aquí la caja del interfecto. Este pequeño hidroavión se desmontaba y transportaba en un submarino. Llevó a cabo el único ataque al territorio continental de los Estados Unidos durante la Segunda Guerra Mundial, aunque sólo chamuscó algunos árboles...

Montaje preliminar.

Me pesa el cuuuuulo...

Y así debería estar. Sin mi dedo, claro.


6 comentarios:

  1. uff, mala pinta tiene el tema. Me da que vas a necesitar mucho peso para equilibrar esa maqueta.
    Prueba a usar plomo en vez de estaño.
    El plomo es bastante más denso, puedes encontrarlo en tiendas de pesca ;)

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  2. Hmm Yo de modelismo ni flowers, pero... ¿porque no te pasas alos mechas? ;)

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  3. Coincido en lo del plomo , lo malo es que no se si podrás emplazarlo donde debes...

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  4. Tienes otra opción, Juanjo. Hazle un carro de transporte y lo pegas a él. Si tienes el Aichi Seiran de Tamiya, puede copiarlo en plástico.

    Ese Glen es muy bonito, ¡acábalo!

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  5. Gracias por los consejos. Había pensado en estaño el lugar de plomo por dos razones: el estaño es también muy denso, ademas de estar aleado con plomo. Por otra parte, el estaño para soldar viene en diversos grosores, y el fino puedes adaptarlo a cualquier recoveco.

    Aún recuerdo los martillazos que le metía a un trozo de plomada de pesca para intentar que encajase en un barquito... lo mejor sería utilizar perdigones, pero aquí creo que sólo encontraré plomadas. Ya veré, ya veré...

    Por cierto Jesús, buen consejo, pero el Glen tiene un pequeño carro lanzador para la catapulta. De hecho, tengo el Seiran, un Pete (el que tengo más avanzado), un Laura, un Zeke, dos Kyofu... ¡hasta el hidro biplano de Porco Rosso!

    Como dudo que el contrapeso delante de la cabina baste, voy a hacerme con una sierra fina y segura, con la que cortaré los flotadores justo donde empieza el hueco frontal para los soportes. Llenaré el espacio con plomo o estaño, pegaré, enmasillaré y esperaré que no quede demasiado obvio.

    Anda que no me complico ni nada... ;D

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  6. Ah, Deka... olvidé decirte que me gusta hacer, o intentar hacer, maquetas de cosas que realmente se construyeron y volaron o navegaron. Lo único de ciencia-ficción que he hecho ha sido un Interceptor TIE.

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