Curiosamente, no me refiero a ciudades, sino a un par de hidroaviones, los que estoy perpetrando ahora junto al Mitsubishi F1M. De hecho, paré la construcción de este último cuando llegué al problema del panelado, y pase al Aichi, de donde salté al Yokosuka cuando me encontré con otro problema, y con este último estoy realmente histerizado con las riostras, esos cables que se cruzan entre las alas de los biplanos.
Menos mal que hago esto para distraerme, que si no...
Con mi proverbial buena suerte, el extremo de babor del plano inferior del E11A, simplemente, no estaba. He tenido que reconstruirlo.
Estos son los radiadores subalares del E11A. No me gustaba el segundo montante, pues era demasiado evidente una vez montado, así que lo he eliminado. Ahora también he de cegar el hueco en el ala.
El motor del E14Y ya acabado, con su calandra y la hélice. Me cargué el eje, así que tuve que hacerme uno nuevo, que al final me ha quedado casi un milímetro largo...
Vista superior del E14Y. Me falta dar otra capa de verde para cubrir las últimas lijadas y limitar la franja amarilla de identificación. En el interior he puesto arneses al piloto y al observador, y tras él, una antena.
Interior del E11A. No está envejecido ni nada, y debería añadir alguna consola lateral al piloto, que al menos tiene cinturón para no ir rebotando por la cabina. Las posiciones del observador y el navegante son casi invisibles una vez acabada la maqueta.
Desde atrás se aprecian los pedales que he fabricado lijando dos pequeños fragmentos de lámina de plástico, unidos por una varilla.
Aquí me cargué una de las guías, esos pequeños pitorros que encajan en huecos en la mitad opuesta de la pieza. He abierto un agujero para sustituirla.
Un trozo de clip servirá. Por supuesto, hay que cortarlo.
Ya cortado. Ahora nuevamente hay un cierre más preciso por el frente.