sábado, 31 de diciembre de 2011

Radioaktivität

Esa palabra alemana, que hábilmente habréis relacionado con la española radioactividad, es lo que creo que mejor puede definir este año en Japón. Por supuesto han pasado muchas cosas malas, terremoto gordo con tsunami consecuente, muerte y destrucción. Incluso hay miles de cuerpos todavía desaparecidos. Sin embargo, como ha dicho hoy Jackie Chan en el programa de fin de año, citando un proverbio chino, tras el frío invierno viene la cálida primavera. Esa florida metáfora es bien cierta. Toda la destrucción de Tohoku será reconstruida, y salvo las pérdidas humanas, tristemente irreemplazables, todo quedará igual o mejor que antes.

Esa es la ventaja de enfrentarte a un enemigo que tiene cara, algo a lo que puedes plantar cara y vencer, con voluntad, ganas y medios. Por desgracia, hay un enemigo invisible, que te rodea y te mata desde fuera y desde dentro, y contra el que no se puede luchar, tan sólo huir. Ese enemigo es la radioactividad.

Desde luego, el problema de Fukushima no es tan grave como fue Chernobil, pero también es cierto que allí, a costa de literalmente matar liquidadores por millares, se consiguió eliminar la emisión de radiación. Aquí no ha muerto nadie por la radiactividad, pero hace un par de semanas hubo otra fuga de agua radiactiva, tónica que ha sido una constante desde el inicio de la crisis.

Productos vegetales contaminados, radiación localizada incluso en alimentos infantiles... hasta el gobierno ha tenido que comprar más de 4000 toneladas de arroz contaminado para evitar que acabase en las cadenas de distribución.

En fin, que el problema está en el aire. Las concentraciones no son lo bastante fuertes como para necesitar una armadura de plomo, pero desde luego está por encima de los límites marcados. Básicamente sabéis que las partículas radiactivas pueden pasar a formar parte del organismo y seguir irradiando constantemente desde el interior. Eso puede producir cáncer, aunque existe toda una serie de factores relacionados, desde la cantidad, al tiempo, pasando por factores genéticos. O sea, hay riesgo, pero esto no es Mad Max.

Volviendo al palabro alemán, alguno se preguntará el porqué de titular así la entrada. Simplemente se trata de una canción del grupo Kraftwerk. Si bien la letra original en alemán es un poco críptica...

Radio Aktivitat
Fur dich und mich in All entsteht

Radio Aktivitat
Strahlt Wellen zum Empfangsgerat

Radio Aktivitat
Wenn's um unsere zukunft geht

Radio Aktivitat
Fur dich und mich in All entsteht


...en inglés es muuuuuucho más clarificadora:

Radioactivity
Is in the air for you and me

Radioactivity
Discovered by Madame Curie

Radioactivity
Tune in to the melody

Radioactivity
Is in the air for you and me


 Es esa primera estrofa a la que me refiero, radioactividad, está en el aire para ti y para mí. Quizá se podría cambiar el Kimi ga yo por esta canción. Os dejo con Kraftwerk y su Radioactivity en concierto en Japón:


Restaurante Caspita

Mal nombre, incluso para una peluquería. Si al menos fuera cáspita...


miércoles, 28 de diciembre de 2011

Camino cortado

Y nunca dicho con más propiedad...



martes, 27 de diciembre de 2011

Trabajando duro

Por eso me cuesta tanto sacar las entradas...


domingo, 25 de diciembre de 2011

Carteles de obra, pero kawaii

Lo kawaii o mono está por todas partes, lo que siempre es de agradecer, aunque te sorprenda un poco encontrarte en unas obras carteles como los que a continuación reproduzco:


miércoles, 14 de diciembre de 2011

Refresco Banzai

Imagino que tras beberlo no hará falta calar la bayoneta y asaltar una posición estadounidense...




martes, 13 de diciembre de 2011

Restaurante Amapola

Hacía tiempo que no repasaba un restaurante español. Me dejó muy buen sabor de boca, y nunca mejor dicho, la paella del restaurante Espero, así que con un poco de aprensión probé un restaurante que llevo viendo más de tres años, pero al que nunca había entrado. Desfagamos dicho entuerto y cosas veredes:

 Boquerones en vinagre, con un poquito de pimienta roja que no es necesaria en absoluto. Estaban buenos, al punto de vinagre.


Escalivada, sin berenjena pero con pimiento amarillo, y una única y aventurera anchoa.


 Patatas bravas. Estaban buenas y no picaban mucho, pero parecía un plato de muestra más que una ración...

 Champiñones rellenos. Correctos. Un poquito de jamón picado en el relleno.

 Pulpo a la gallega. Estaba bueno y no le han puesto limón, como hacen otros. Quizá esté un poco más acostumbrado a que los tentáculos estén cortados en rodajas cual chorizo.

 ¡Callos! Bien buenos. Casi no picaban y la ración al menos no parecía de menú infantil.

Y el plato fuerte: arroz negro. Curiosamente, lo llaman paella negra. Hay un limón y no lo acompañaron del imprescindible all i oli. El sabor no estaba mal, pero no era nada especial. Creo que tendré que volver a Espero para probar su arroz negro...

jueves, 8 de diciembre de 2011

¿Desafortunado o interesante?

Cuanto menos, el nombrecito curioso es...


domingo, 4 de diciembre de 2011

PlaModel 2011

Aunque fue hace dos meses, nunca es tarde si la dicha es buena, así que hablo ahora sobre tan magno evento. Y mas que hablar, ilustro, que en estos temas es lo que más se agradece, y empezaremos por una perspectiva general:






La labor del maquetista no se limita sólo al montaje. Éste es muy importante, claro está. No hay que dejar rebabas de pegamento y es necesario hacer desaparecer las uniones de las piezas, pero pese a todo ese trabajo, una maqueta terminada sin pintar parece poco más que un juguete. Basta mirar esto...





... y luego esto otro, ya pintado:




He aquí una colección de graciosos aviones Super Deformed, básicamente con el fuselaje convertido en un huevo:




Esta herramienta (¿un sacabocados?) era interesantísima. La punta, al ser empujado el mango hacia abajo, rotaba y creaba una marca circular en el plástico, para simular remaches o tornillos en los paneles. Las bocas eran intercambiables con varios diámetros, para ajustarlo a varias escalas. Lástima que fuese bastante cara.



Esto es una idea brillante. El problema de hacer nuestra flota a escala 1/700 es dónde la "amarramos". Aquí tenemos la solución, un cuadro que colgamos de la pared, con apenas unos cuantos centímetros de grosor, y capaz de mostrar nuestra orgullosa flota. Había tres de estos expositores, uno para cada una de las marcas japonesas que se dedican a realizar modelos navales:



Para los fans de Star Trek:





Y para los de Star Wars:




En fin, hay mucho, mucho más que mostrar, pero para no hacer esto eterno, acabaremos con un realmente impresionante diorama de un submarino alemán en dique seco. ¡Eso es ARTE! Y con mayúsculas.


viernes, 2 de diciembre de 2011

Partido político y... ¿amotorizado?

No ha mucho que comentaba el plagio/homenaje que un taller hacía con el logo de la compañía Bultaco. Me he encontrado otro caso semejante, en este caso imagino que debido a la casualidad. Resulta que el logo del Partido Democrático de Japón es clavadito al logo de la compañía italiana de motos Gilera. Qué cosas...

Puedo prometer y prometo...

La marca de motos más antigua de Italia.

jueves, 24 de noviembre de 2011

Verduras frescas Sabroso

No tendría nada de particular encontrarse un camión de reparto con semejante rótulo en la mayor parte de España o América, pero encontrárselo en pleno Japón... ya es algo curioso y sorprendente, ¿verdad?



miércoles, 23 de noviembre de 2011

Er bisho

Repasando fotos mientras buscaba una sobre la que quería hacer una entrada, me he reencontrado con este bicho alado. Estaba en el lado exterior de una ventana en una estación de tren.

Bichus maximus porventanamirensis.


lunes, 31 de octubre de 2011

El Aichi E16A y su calandra

No sé porqué causa, razón o motivo, súbitamente he sentido la imperiosa necesidad de hacer algo con el motor del Aichi E16A de Fujimi en escala 1/72 que lleva riéndose de mí casi un par de años. Hasta ahora no he avanzado mucho, quizá un 20 % y de pronto me he querido complicar más la vida.

El Aichi E16A, llamado Zuiun (瑞雲, nube de buen augurio) por los japoneses y Paul por los Aliados, era un hidroavión de hélice equipado con un motor radial. Este modelo a escala del que trato está realizado por Fujimi, y la diferencia de calidad con el Aichi M6A de Tamiya, un aparato muy similar en dimensiones pero con motor en V es enorme, y eso que el modelo de Fujimi cuesta más del triple que el de Tamiya.

En fin, uno de los puntos débiles es el motor radial, que en lugar de ser independiente forma parte de la calandra, el capó aerodinámico que rodea al motor. Dado que hace poco conseguí por 200 yenes en un saldo casi 8 motores Mitsubishi Kinsei me decidí a trasplantarle uno al E16A, y el proceso es lo que detallo a continuación:
He aquí el interfecto, previo a la operación.


Y aquí tenéis la fila frontal de siete cilindros del motor Mitsubishi Kinsei. Comparando con la foto de arriba se aprecia que el hueco para el eje de la hélice del motor es más pequeña, además de tener una extensión innecesaria.


Un poco de lija y algo de lima cilíndrica y ambas cosas quedan solucionadas.


Con un taladro manual se hacen unos agujeritos, que posteriormente se amplían mediante limas y finalmente se unen con una sierra. Luego a lijar, a lijar y a lijar.


Y este es el resultado final, una calandra despejada y lista para albergar el motor.


jueves, 20 de octubre de 2011

12 de octubre en la embajada

Caramba, más de un mes sin escribir, y luego dicen que Internet es un vicio. Si lo es, parece que no es de los míos, la verdad. En fin, se me acumula el material para comentar, como progresos maquetiles, fotos curiosas de nombres y productos, mi segunda excursión amotil y otras, pero hoy vamos rápidamente con una breve, por que no merece más, entrada sobre la recepción del 12 de octubre en la embajada de España en Tokio.

Dejando aparte el hecho de que los cuatro que conozco no estaban, lo más importante es que no había chistorra. Las vituallas furon de lo más decepcionante, tan sólo unas tristes lonchas de embutido y un arroz amarillo que llamaban paella. Al menos había algunos dulces , entre los que destaco las yemas de Caravaca, que fueron convenientemente deglutidas y apreciadas por mi parte. También había churros y chocolate para acompañarlos, pero con las yemas tuve suficiente azúcar.

Resumiendo, muy mal. Cada año ha ido a menos, y miedo me da ver lo que harán el próximo.

lunes, 12 de septiembre de 2011

Primer paseo amotil

Aunque más que paseo, lo correcto sería decir salida, excursión o ida por ahí, ya que hasta ahora sí había hecho algunos paseos, por ciudad y con un tráfico que apenas podía evitar. El domingo pasado, para variar, fue un cambio para bien, algo que no hacía años ha. En total han sido tan sólo unos 200 km, pero muy bien llevados. Mas o menos el recorrido ha sido hacia el suroeste, y la primera parada ha sido en Odawara. Lo cierto es que yo solito llegué al primer punto de encuentro, en Totsuka.

Desde allí nos dirigimos hacia la península de Izu. Se habló de un recorrido que pasa por toda la costa, pero esta vez nos cohartamos un poco. Quizá a la próxima.

Debo reconocer que nunca he sido muy rápido en la moto, ni me descuelgo hábilmente como hacen los que saben. Además, le tengo auténtico pánico al agua en la carretera, al menos en moto. Una vez claros estos puntos, volví a recordar esas maravillosas sensaciones que se tienen en las curvas, a saber y respectivamente "que me paso, que me paso...", "que me salgo, que me salgo..." y "que me la doy, que me la doy...".

Por suerte tan sólo en un par de ocasiones me he metido en el carril contrario, y más suerte aún que no viniese nadie de frente, aunque tan sólo me metí poco más de un metro. La primera vez fue a la ida, cuando todavía estaba recordando cómo se hacían esas cosas y cogiendo el tranquillo a la nueva moto. Hay un axioma en estos casos: vas a donde miras. Y es bien cierto, nunca hay que mirar a la curva, sino más allá de ella. Si miras el vértice de la curva, por ahí te vas a salir. Mi segunda salida fue a la vuelta, cuando ya me había calentado y me estaba animando a seguir a mi predecesor y entré demasiado rápido (para mi habilidad) en una curva.

Aparte de esos jocosos momentos, experimenté nuevamente la sensación de aplastamiento gonádico contra el depósito de gasolina al atravesar un bache imprevisto, agarrotamiento de muñecas y falta de circulación sanguínea en las manos gracias al agarrotamiento antes mencionado y a las vibraciones. Todo eso son malas costumbres que se pueden solucionar, respectivamente, tomando una posición más retrasada, que sitio hay, no agarrando los manillares como si estuviésemos colgados de ellos a un kilómetro de altura, y ajustando las manetas  la distancia adecuada.

El viaje fue una mezcla de recorrido urbano al principio, más autopista a alta velocidad y por fin, curvas y más curvas de montaña. Nos llovió un poco, pero fueron unos minutos tan sólo. Sin embargo, la carretera estaba totalmente mojada y yo no tenía confianza en absoluto. La moto había estado parada durante meses antes de comprarla, y los neumáticos estaban endurecidos. Si combinamos eso con asfalto mojado y mi exceso de prudencia, digamos que iba pisando huevos, y por supuesto perdí de vista a mis compañeros rapidísimamente. De hecho, me hicieron una pasada que casi me arrancan las pegatinas de la moto.

Experimenté el famoso "teletransporte motero" que consiste en lo siguiente: tú vas siguiendo a alguien, que te saca algo de ventaja en la primera curva, algo más en la siguiente curva, y en la siguiente ya ha desaparecido. Ni lo ves ni lo oyes, y como no lo has visto espatarrado en la cuneta, sólo quedan dos posibilidades, o lo han abducido o eres leeeeeeento. En mi descargo debo decir que a la vuelta, con el asfalto seco y algo más rodado, me mantuve en todo momento a rueda de mi compañero. Eso sí, el que lideraba el grupo es una máquina.

Nos detuvimos en sitio con un curioso edificio religioso, en medio de las montañas. Lo cierto es que el recorrido era bonito, merecedor de volver con un coche descapotable y mirar los frondosos árboles, muros verdes que rodaban la carretera y que se prolongaban a través de las montañas, con retazos blancos de nubes que se retorcían en su interior. Por desgracia, en esos momentos estab por la labor de mantenerme en la carretera a una velocidad medianamente decente. El paseo con vistas sería otro día, ya que este tenía que despertar mis oxidados instintos motocicliles.

Entre las anésdostas, contar que aún no tengo instalado el ETC en mi moto, por lo que no puedo acceder a las autopistas por la vía automática. El ETC es un emisor de radio en el que se inserta una tarjeta de crédito. Al llegar a un peaje, se detecta tu llegada, y la barrera se abre automáticamente. ¿Cómo evité pasar por caja? Con un poco de conducción sincronizada. Si casualmente pasas al mismo tiempo que alguien que sí tiene ETC, la máquina no puede distinguir si entran una, dos o tres motos en batería...

Entre las cosas negativas, me percaté de que necesito ruedas nuevas. Al frenar necesitas confianza en el neumático, Yo no sabía dónde estaba su límite y no me atreví a buscarlo bloqueándolo, así que siempre me quedaba corto en las frenadas. Con un neumático nuevo puedes frenar más fuerte, con lo que está en la lista de prioridades. El neumático trasero me patinó varias veces con el asfalto mojado, así que está también para cambiar.

Lo más negativo ha sido la pérdida de aceite que he localizado en la horquilla delantera derecha. Cuando compré la moto vi aceite reseco en la izquierda así que pedí en el mecánico que cambiaran los retenes de la horquilla. Curiosamente, ahora la izquierda no pierde ni pizca, pero la derecha está chorreando. El mecánico me ha dicho que el interior de la barra está dañado y por eso el retén no puede evitar la pérdida. A mi me sorprende mucho que la pérdida se haya detenido tras el cambio de retenes y haya empezado donde no había antes... y el hecho de que me haya dicho también que quizá se hayan intercambiado las barras de lado no me tranquiliza mucho, pero en fin... posiblemente acabe comprando una horquilla nueva, y es que resulta bien cierto aquello de que lo barato al final sale caro.

Lista para la acción.


El área de servicio en Odawara estaba de lo más concurrida, pese a lo temprano de la hora.


Había auténticas clásicas.


Este grupo estaba formado exclusivamente por Ducatis. Había tres féminas, totalmente equipadas. Para pilotar, me refiero.


Al llegar a este templodificio, dimos la vuelta.


Aquí mismo, para ser más preciso.


La fuga en su estado inicial. Nada grave, podía ser incluso algo de aceite residual sobre la barra.


Pero cuando el aceite empieza a chorrear, ya es otra cosa. Sólo ha ocurrido cuando se ha forzado la suspensión, ya que en recorridos convencionales por ciudad no había pasado.





lunes, 22 de agosto de 2011

Birota automataria habemus

O dicho sin latineces, tenemos moto. Después de tres años de infantería, por fin vuelvo a estar motorizado, y no ha sido una labor sencilla, no. Lo importante es que por fin tengo moto. Ahora simplemente es cuestión de empezar a darme unas vueltecitas para aprender las calles, por que la primera vez que la cogí, y en poco más de dos minutos ya había salido de mi "esfera de conocimiento", es decir, estaba en un sitio que nunca había visto y tuve que usar el mapa del iPhone para orientarme. Pero veamos el proceso motoril:

Esta es la que me gustaba originalmente, una Ducati 1198, pero su prohibitivo precio me echó atrás. De hecho, el precio de cualquier moto nueva me echaba atrás , así que el primer paso fue mirar algo de segunda mano.

Esto es una Kawasaki ZX-6R, modelo del año 2005. Estuve mirando varias, entre los años 2005 y 2008, pues en los modelos anteriores a 2005 el escape no estaba bajo el asiento (me gusta que no se vea) y posteriormente a 2009 no me gusta el diseño. De todos modos, aunque el precio ya estaba por la mitad de una nueva, seguía fuera de mi alcance, y es que esto de ser pobre es un asco.


Esta es una Suzuki TL1000R, una moto pesada pero con un fiable motor bicilíndrico. El precio estaba a mi alcance, el dueño me la enseñó, estuve dudando mucho, y cuando me decidí a comprarla, ese mismo día por la mañana había sido vendida. En ese momento me sorprendió mi capacidad de emitir exabruptos en iranio clásico.

Pero como suele decirse que no hay mal que por bien no venga, encontré poco después esta otra, una Honda CBR929RR del año 2001, que ha sido la afortunada en acabar en mis manos, y por el mismo precio. Realmente las Honda nunca me han gustado especialmente, y este modelo nunca me había llamado la atención, pero es una moto, es ligera, es potente, y me servirá para matar el gusanillo y hasta para evitarme algún viaje en tren.