Florecillas

Me gusta hacer fotos de flores de vez en cuando, y como ya he acumulado algunas cuantas, pues las comparto aquí para el mundo mundial. ¿Qué tendrán, que atraen tanto? Y eso que no soy un abejo.

Los tiburones de Sony

No se trata de una metáfora, sino de algo muy real. En el edificio de Sony ubicado en Ginza colocaron un muy espectacular acuario, entre cuyos habitantes se encontraban sendos tiburones, que giraban histéricos en su interior. Realmente daban vueltas sin cesar, los pobrecillos...

Bar de Cante

Ahora que he regresado por mis fueros, tengo que ir recuperando las añejas tradiciones que aquí imperaban, y una de ellas es el repaso a los restaurantes españoles de estas tierras (que no oestas).

En Yokohama, junto al mar, hay un centro comercial llamado Bay Quarter, plagado a partes iguales de comercios y restaurantes. Uno de ellos es el que da nombre a esta entrada, y me entristece decir que no he puedo hacer un análisis de las viandas que allí se sirven, dado que no entré.

No sé si me falla la memoria y sí entré hace varios años, tras lo que olvidé hacer el correspondiente comentario, pero de momento, y para hacer boca (nunca mejor dicho), veremos qué es lo que tienen expuesto fuera.

 Vista general del Bay Quarter. Hay un embarcadero justo delante.

 Mismamente la entrada.

 Si alguien se preguntaba el porqué del nombre, quizá esto le ayude a comprenderlo.

Cerúleas y realistas reproducciones de lo que nos podemos encontrar en el interior, para que no nos asustemos. Yo ya estoy acostumbrado a ver paella con guisantes, pero es la primera vez que veo un cocido con lechuga y tomate. En fin, si algún día me atrevo, entraré y haré un reportaje de primera mano, o boca.

Más pastelitos de animales

Si hace poco os mostré los pastelistos panda, hoy tenemos aquí a los gatitos y cerditos dulces.

El pepinazo marino

No hace mucho, se localizó una bomba sin estallar de cuando el amigo americano trató de convertir los puertos japoneses en lo más parecido a un paisaje lunar, a finales de la Segunda Guerra Mundial. La bomba era de considerable potencia, y se decidió que lo más práctico era detonarla in situ, lo que se hizo con diligencia. Ved el documento gráfico-televisivo:

Veamos primero un documento histórico que facilitará hacerse una idea de la escala. Vemos aquí al acorazado Haruna bajo ataque en su amarre de Kure el 28 de julio de 1945. Ese acorazado tenía una eslora de 222 metros, así que podéis juzgar el tamaño de esas columnas de agua.

 Aquí es donde se localizó la bomba.

 Primera onda...

 ... y la segunda, la que produce la mayor altura.

 La altura alcanzada por la columna de agua fue de 100 metros.

El vaporoso resultado final.

¡Animaaaal!

Eso es lo que se diría por las Españas ante una situación como la del cartel, empleado en las estaciones de tren para indicar que se debe llevar con cuidado nuestro equipaje. El lema es "modales son corazón".

Pobre abuela...

Pastelitos panda

Me los encontré en una panadería-pastelería que acababa de inaugurar. Son tan monos que da pena morderlos, ¿verdad?

Pasó el tifón

Nos ha golpeado un tifón, y se anunciaba muy fuerte, pero realmente no ha sido para tanto, al menos por aquí. En las noticias han salido las típicas imágenes de las señoras peleando con un paraguas vuelto del revés por el viento, mientras tratan de protegerse de la lluvia pese a estar totalmente empapadas. También los oficinistas cruzando pasos de peatones con los zapatos en la mano, agua surgiendo del alcantarillado, e imágenes donde el viento o la lluvia han sido especialmente fuertes.

Sin embargo, podría haber sido nada más que un tifón más si no fuese porque en una isla ha ocurrido una desgracia. La isla en cuestión se llama Oshima, y está a unos 100 kilómetros al sur de Yokohama (no hay que confundirla con otra isla del mismo nombre junto a Shikoku). En esa isla la lluvia fue especialmente intensa y produjo un corrimiento de tierras masivo, con un balance, por el momento, de 16 muertos y 43 desaparecidos. Os dejo con imágenes de las noticias.

De frente... ¡marchen!

Aunque si lo miras por el lado contrario, parece que va a lanzar un libre directo...

Otro 12 de octubre

Para no perder la costumbre, haré una breve reseña de los sucesos acaecidos en el festorro en que suele convertirse la hispa-reunión de los 12 de octubre en la embajada de las Españas.

Este año he notado varios cambios, destacando la mayor concurrencia de nacionales. Nacionales de España, quiero decir, porque en pasadas ediciones había más personal consular que residentes expatriados. Según me comentaron, ello se debe al cambio de embajador, que este año estaba a la entrada junto a su esposa, saludando y escuchando las batallitas de quien quisiera hablarle. En ediciones anteriores parecía tratarse más de una fiesta para embajadores y amigos. Además, esta vez la cosa ha caído en sábado, porque a no ser que sea un día festivo, la concurrencia de gente normal es harto complicada.

Debo destacar que esta vez no había guitarristas ni bailaoras de flamenco por ahí, lo cual me ha llenado de gozo y honda satisfacción, al igual que mi encuentro con la Nere y el Lorco, pero os dejo con una selección de jugosas imágenes con no mejos jugosos comentarios...

 Mi primer ataque: proto-paella y un vinito... aunque sólo cayeron dos, que no hay que pasarse.

Aquí la preparación de la proto-paella, usando un caldo base en tetrabrik, que una empresa estaba promocionando. Es comestible, la verdad, pero como es habitual, le pusieron cosas de lo más raras, setas y demás, pero en fin... también es cierto que conseguir ciertos ingredientes es complicado, a no ser que te los envíen.

Pinchitos que no pude probar, porque cuando acabé la ronda y volví por allí sólo quedaba un julay lamiendo la plancha. Buen aspecto tenían, pardiez... eso sí, me parece muy higiénico, pero asaz peligroso cocinar tan cerca de una plancha con guantes de plástico.

He aquí una imagen del gentío tomando al asalto un puesto de vituallas.

¡Había churros! Y estaban buenos, además. Con chocolate para mojar y todo que los servían.

Esa mano que se ve al sur del jamón mientras se apropia de un palillo pertenece a un caballero, perfectamente trajeado, que no dejaba que las lonchas de jamón llegasen a posarse en la bandeja. Cuando llevaba trasegado como un cuarto de kilo, opté por ponerme a un lado a ver si yo también pillaba algo, pero me costó, me costó... Eso sí, el jamón, buenísimo, de bellota.

Vista general de la respetable concurrencia.

Tras la lluvia

Me gusta ver gotas de agua tras la lluvia, o rocío por la mañana. Dan una imagen efímera que, no sé porqué, me atrae. En este caso están colgando en los extremos de las agujas de los pinos.

Arcoíris en la ciudad

Tras la lluvia, si hay sol, se pueden ver arcoíris, pero no estoy acostumbrado a verlos en medio de la metrópoli.

Entre la estación de Ebisu y un restaurante de ramen que visito siempre que puedo.

Chetverikov SPL

Como todo el mundo sabe, los hidroaviones soviéticos por antonomasia son obra de Beriev, que aún sigue haciéndolos. Sin embargo, existió otro OKB dedicado a la siempre interesante labor de crear hidroaviones, se trata de Chetverikov.

El principal problema es que los hidroaviones del señor Igor Chetverikov no siempre acababan bien. Por ejemplo, el motor delantero del Chetverikov ARK-3 se desprendió tras un amaraje forzado, y la hélice redujo al piloto a lonchas.

El aparato que nos ocupa es el SPL, un hidroavión pequeñín, diseñado para ser plegado y caber en el pequeño hangar de un submarino. Además, estaba listo para el vuelo a los 4 minutos de abrir el hangar. La Aviación Naval soviética no instaló hangar en sus submarinos, por lo que el modelo quedó sin utilidad.

Como no sólo a hacer motos me he dedicado estos meses, he acabado también una maqueta de este hidroavión que nos ocupa, que empecé hará un par de años, cuando la compré.

Ha sido una construcción a la vez sencilla y complicada, porque la maqueta no tiene muchas piezas, pero requieren de mucho trabajo de pulido. De hecho, muchos montantes acabaron rotos o descartados, por lo que tuve que sustituirlos por varillas de 0,5 y 0,3 mm.

El trabajo de enmasillado ha sido intenso, lo cual no me gusta nada, porque parece que la masilla Tamiya, tras ser pintada, se contrae y deja grietas que nunca acabo de llenar. En fin, quizá esté haciendo algo mal.

Sin más preámbulos os muestro mi penúltima perpetración maqueteril...

 Uno de los largueros principales, el mío y el original.

 El carro de transporte es de un Mitsubishi F1M, próximo a ser finiquitado.

El anillo Townend era opcional, pero preferí dejarlo para ocultar las cabezas de los cilindros. Al menos me curré los escapes, realizados con aguja hipodérmica nada menos...

¡Motos, motos, motos!

Resulta curioso que en mis décadas de perpetrar maquetas, nunca hice una moto. Empecé una, sí, cuando tenía 14 ó 15 añitos, pero no la acabé. En 1999 parece que me dio la fiebre de nuevo, y compré una muy maja Ducati 916, que pasó a dormir el tan habitual sueño de los justos entre los maqueteros. Pese a todo, la empecé unos años después, y como el evento tuvo lugar en las Españas, donde contaba con sitio, aerógrafo y compresor, logré unos colorines y acabados inusuales en mí mismo. Sin embargo, nuevamente acabó en su caja, y quedóse en la piel de toro, mientras mis pasos me dirigían a estas tierras donde moro, cristiano.

Quiso pues el azar que comprase otra maqueta de moto en mi primer año aquí, una Kawasaki AR50. Claro está, la empecé y a la caja oscura de nuevo. Sin embargo, cual destello cegador, súbitamente me entró la necesidad de hacer motos, y dado que ya tenía una esperándome, la cogí con ganas y más o menos la acabé. O acabé con ella, según se mire.

Soy veeeeerde.

Ya puestos, me hice con otra, baratita, para no sentirme mal si la cosa acababa en desastre, una Honda CB750F...

Soy neeeeegra.

Y con la mano ya suelta, pues fui a por la Ducati otra vez, después de una pausa de esas a las que soy tan dado. Conviene aclarar que me la traje a las japoislas tras mi último viaje. Tuve que hurgar entre cajas y cajas de maquetas almacenadas, pero al final fue hallada, prendida y finalmente perpretada:

Soy roooooja.

Y en fin, compré en subasta tres maquetas más, ahorrándome algo en el proceso, y ahora estoy con otra Ducati, una 900 Mike Hailwood Replica. Sin embargo, recomiendo comprar las maquetas nuevas por dos razones: no te ahorras mucho en las subastas, y en ocasiones son viejunas, lo que puede afectar a las calcas. Ya os presentaré la nueva cuando la acabe, que no está yendo mal. No me convence, pero tampoco me dan ganas de tirarla por el balcón, que ya es algo.

Montesa Impala 2 en Japón

Me llevé una sorpresa al encontrar esta amoto en un aparcamiento cercano a mi guarida. Se trata nada menos que de una Montesa Impala 2 de 175 cc, monocilíndrica de dos tiempos. Lo cierto es que la pobre estaba un poco ajada, pero sigue circulando, pese a tener aproximadamente 30 añitos. El modelo se produjo entre 1982 y 1989...

Si alguno queréis ver a esta moto en acción, aunque se trate del modelo Impala y no de esta, su evolución, podéis echar un ojo a la segunda mejor road-movie española, esa película con transfondo político en la que podemos asistir a la transformación y concienciación de Alfredo Landa a lomos de su Poderosa, merced a una serie de episodios. Me refiero a El puente. La película engaña, pues empieza como otro ejemplo más del landismo, para cambiar a medida que el viaje avanza. No os la perdáis, sobre todo la escena del entierro, por surrealista. Parece de Berlanga.