El fumbo, jurgol o balompié

No soy especial seguidor del fútbol. Debe ser parte de mi especial idiosincrasia, mediante la cual, aunque me guste este país, sé que nunca voy a ser parte de él, ni lo pretendo. Realmente me parece de mal gusto ver gaijines como yo disfrazados (porque eso es lo que están, disfrazados) de japoneses, tratando de participar en sus tradiciones. En fin, esa es mi opinión, y Harry Callahan tenía una frase muy apropiada sobre las opiniones, pero me desvío del tema.

El tema era el fútbol. Siempre se ha dicho que en España hay un profundo fanatismo al respecto, pero he podido comprobar de primera mano que por estos lares, también empieza a haber cierta querencia. Por lo visto, ayer Japón ganó a Dinamarca, y acabo de poner la tele a las 16:55 para llorar un rato ante mi falta de entendimiento del japonés.

Pues bien, en cuatro canales estaban hablando del partido de ayer... incluso los presentadores de un canal iban vestidos con las camisetas de la selección. En fin... parece que en todas partes cuecen habas, ¿no?

Los visitantes

En el tiempo que este blog lleva en marcha, ha recibido muchas y muy variadas visitas. Durante un tiempo algunas se repetían, para desaparecer después. Aún me pregunto una de los USA, de una curiosa ciudad, porqué tendría curiosidad con mis avatares.

Sin embargo, recientemente estoy recibiendo constantes visitas de una población tokiota, concretamente de Ōmiya. Me pregunto quién será mi visitante...

El perro lector

Visto en una librería:

Indicador de destino

A los que nos gusta hacer (en mi caso, perpetrar) maquetas, convengo que somos un poco especiales.Se pone mucho cuidado, atención al detalle... y cuando acabas, pones la maqueta en una estantería y nunca más se toca. Aunque no lo parezca, hay gente más rarita aún, como los aficionados a los trenes en miniatura.

Ellos sí que se lo pasan bien, porque juegan con sus modelos. Los ponen sobre las vías... ¡y a rodar! Debo reconocer que hay modelos de locomotoras de vapor que son una auténtica filigrana. Además, se suelen crear todo un diorama, con una ciudad a escala rodeando sus vías.

Lo más curioso que me he encontrado recientemente ha sido un indicador como el que llevan los trenes en el frontal, donde se indica su estación término. Es un modelo a escala 1/5, con varios destinos, que el dueño puede seleccionar. Luego pone el indicador en su diorama y... ¡a rodar otra vez! Y esta vez sin confusiones destinatarias.

Destination Tokyo...

Pero hay muchos más destinos...

Figuritas

En otra de mis excursiones a Yodobashi, me dio por mirar figuritas...

El Mazinger en plan culturista.

Aquí más modosito, con el Jet Scrander.

Koji Kabuto en su planeador.

Kaneda con mala leche.

Y como colofón, unas sugestivas muchachuelas...

Refrescos japoneses

Echando un vistazo por un supermercado, vi unos cuantos refrescos curiosones:

Mi iPad y yo

Estoy todo feliz como una perdiz que se come una lombriz. Bueno, imagino que quien menos disfrutará el tema es la lombriz.

Aquí estaba ponderando sus capacidades técnicas, y las mías monetarias.

Aquí lo tenéis, amorosamente en mi regazo.

Los mapas resultan muy, muy útiles, sobre todo cuando te equivocas de línea y empiezas a temer que saldrás por un túnel de Ulán Bator, en la Mongolia Citerior.

¿Qué será Sera?

Recuerdo de pequeño que me conocía todos los modelos de coches. También es cierto que el parque automovilístico no es que contase con una variedad desaforada, pero para ser yo pequeñín, no estaba mal de retentiva. Y aunque no venga a cuento, por esa época me aprendí los cinco satélites de Urano, que, cosas de la mente, se me han quedado ahí para siempre, orbitando.

Volviendo a los coches, aprendí nuevos modelos con los años, y hasta no hace muchos casi reconocía todo lo que veía. Pero eso se acabó. En Japón hay una gran producción automovilística, y gran parte de esa producción son modelos que no llegan a Europa, y que por tanto, desconozco.

Uno de los que me ha llamado la atención ha sido el Toyota Sera. Es un cupé pequeñito, menos de 4 metros, que comparte elementos con otro cupé en plan deportivo light que sí llegó a las Españas, el Toyota Paseo. Lo curioso del Sera son sus puertas, de las llamadas de mariposa. No se abren como las convencionales, sino hacia arriba y hacia fuera, estando unidas por dos puntos al coche. Una ventaja es que se puede entrar cómodamente y abrir la puerta por completo con 45 centímetros de distancia libre desde la carrocería del coche.

En fin, podría ser un coche majo para conseguir de segunda mano, pero resulta que no se construyeron muchos, unos 16.000,  y encima están empezando a ser cotizados por coleccionistas y nostálgicos, ya que modelo tiene sus buenos 20 años encima.

 

Todos para uno...

Me faltan Athos y Porthos.

Aramis... mo vuelvo.

¿Pizzería?

Eso es lo que pensé cuando vi el gráfico esquema, pero resulta que es... ¡una farmacia!

No es que el señor se esté zampando una porción de pizza, sino que se está metiendo una dosis de medicina...

Recuerdos de Japón

Hoy me he pasado por Yodobashi Camera a ver qué cositas tenían para el iPad, que por cierto, me he comprado. Tras examinar el monín soporte, me abstuve de gastarme casi 3000 yenes en ello y me fui a mirar cámaras.

Curiosamente, había una sección dedicada a souvenirs varios, y allí pasé un rato, viendo cosas curiosas, que a continuación os muestro:

Manekinekos espatarrados.

Figuras femeninas surtidas.

Y aquí surtido de camisetas.

¡Tenían la específica de Yokohama!

Y esta es la especial modestos. Se puede leer en grande: nambergüan.

Estos rikishi me hicieron mucha gracia.

Panchitos japoneses

Lo cierto es que no solo de panchitos trata el tema. Bajo el sugestivo título de fiesta de las cuatro estaciones, compré una recopilación de frutos secos. En Japón, en esa categoría parece que se engloba también al pescado, pulpo y calamar seco, ya que se venden juntitos. De hecho, había diferentes packs, con distintas combinaciones, pero siendo básicamente lo mismo.

Aquí vemos ejemplares de cefalópodos convenientemente cortados en rodajas, tiras o deshilachados. También un pescadín sabrosón abierto en canal, unos curiosos cacahuetes con café, que aún no he probado, y... una ciruela.

Y aquí, los panchitos y sus camaradas variados: anacardos, cacahuetes y otras cosas surtidas que no sé cómo se llaman, pero que me como igualmente.

Feo repelús

Mientras buscaba un poco de pintura al óleo siena tostada, que lo usan mucho los que saben de maquetas, vi una cosa sorprendente: figuras de bichos. El sapo está crecidito, pero quizá a escala, y tampoco da tanta grima. La rata es un ejemplar hormonado, y esa ya da repelús. La anaconda es incluso más pequeña que la real, pero da cosa, aunque... lo que quita el sentido son los insectos.

El saltamontes de medio metro tiene su gracia. Ante la cucaracha me entraría la compulsión de bailarle un zapateado encima, pero... si me encuentro una mantis de medio metro, salto por la ventana más próxima. Las cosas como son.

El pequeño museo de los horrores.

Cosas que me como

Hace tiempo que no ilustro el blog con alguna de las cosillas que disfruto comiendo, ramen sobre todo, pero eso tiene fácil arreglo: he aquí una selección...

Estrecheces japonesas

He aquí una foto tomada frente a una inmobiliaria. Los precios del alquiler están indicados en man (万), que son 10.000 unidades, en este caso yenes. No os asustéis por el tamaño. Realmente las casitas son casi de juguete, pero las unidades que indican no son metros cuadrados, sino tatamis, aunque tampoco es que sea mucho, mucho más. Por cierto, si, tatami son esas esteras del suelo. Tradicionalmente se mide la superficie de las casas con ellas, y como suele suceder, el tamaño varía entre las diferentes zonas de Japón, por lo que se han uniformizado a un tamaño de 90 x 180 cm.

¿Quien dijo apreturas?

The papas and the chickens

No sé si se refieren al padre del pollo, a las patatas de guarnición o al nombre del dueño...

Hatoyama voló

No es que el mandamás japonés se haya hecho piloto o emulado a Carrero Blanco. Se trata de un jocoso juego de palabras con su apellido, dado que hato significa paloma (o palomo), y acaba de renunciar a su puesto al frente del gobierno.

¿Y cual es la causa, tras nueve meses de mandato? Pues la excusa es una promesa electoral incumplida: el traslado de la base de Futenma. Se trata de una base aérea estadounidense en Okinawa, que iba a ser trasladada al norte de su ubicación actual, que se ha convertido en urbana.

Sin embargo, tras hablar con Obama, los planes de traslado o cierre han quedado en nada. Todo queda igual. Desde luego, este chico tiene labia. Por las Españas también convenció a alguno de hacer algo totalmente opuesto a lo hecho hasta ese momento.

En fin, tras dimitirle una ministra, que le afeó su actitud, hoy Hatoyama ha renunciado también, cosa que demuestra la salud de la política japonesa, donde si bien los gobiernos duran poco, como en Italia, al menos a veces muestran algo de respeto por el elector. Es necesario mencionar que en España un político no suelta el sillón ni aunque estires con tenazas, sin importar que sea un inepto, un corrupto, incumplidor de promesas,  o ninguneador de electoros y electoras. Vaya, me ha salido la vena Reverte...

Mamiperra

He visto un nuevo cartel con mamiperra y su inquieta progenie. Y por fin me he enterado de que se trata de anuncios sobre seguridad vial. Fijaos en el detalle de los colores de los pañuelos.

Entrañables, ¿verdad?