Ha sido un fenómeno mediático, y han acabado con las existencias de gafas, filtros y protectores cuyo objetivo era mirar al Sol durante el eclipse. De todos modos, se puede decir aquello de "mi gozo en un pozo", porque el día ha amanecido bastante nublado.
Mis ojitos estaban protegidos por tres pares de gafas de sol, que más o menos funcionaron para evitar que quedase como Zatoichi. Sin embargo no tenía nada similar para la cámara y en todas las fotos que he sacado para tratar de inmortalizar el evento no se distingue nada, salvo en una, en que por un afortunado reflejo en la lente se aprecia una imagen fantasma del Sol eclipsado a la izquierda de su posición real.
La primera semana de mayo suele ser festiva para la mayoría de los japoneses, al tener tres días de fiesta en la misma semana, a saber, los 1 y 3 y 4 de mayo. Normalmente suele hacer buen tiempo, pero hemos tenido un par de días de lluvias intensas. En un punto se ha alcanzado en un sólo día el nivel de precipitaciones de todo mayo.
Yo me he ido a la costa occidental del Japón, a Joetsu, y a la vuelta me he pasado por el castillo de Matsumoto. Ha sido un viaje de menos de dos días, pero no ha estado nada mal. Hemos ido un grupo de expatriados moteros y lo cierto es que me he divertido. El único problema ha sido en una frenada, con un asfalto terriblemente bacheado. Casi salgo volando en uno de los rebotes y apenas conseguí frenar para negociar la curva, pero hubo suerte.
Nos alojamos en un hotel con baños termales. No tengo queja en absoluto del viaje, salvo la estimación de temperatura. Si bien empezó a llover el martes, yo estuve de viaje el domingo y el lunes, y hacía un sol esplendoroso. Incluso en lo alto de las montañas nevadas la temperatura era suave. Acabé sudando...
Y es que querer es poder, como suele decirse. Una moto baqueteada y zurrada, con más kilómetros encima que un taxista, con bolsas de deporte remendadas en lugar de alforjas, todo ello arrejuntado mediante correas e imaginación... parece un canto al típico hacer hispano.
Pero si tomamos otra moto, con unas manoplas de material reciclado, y a popa instalamos no un cofre, ni un baúl, sino una auténtica caja de plástico tamaño familiar de las que venden en los hiper, acoplada a la moto mediante un soporte de madera, todo aderezado mediante bridas, correas y gomas, pues... me he sentido como en casa.
No como hoy en día, que ahora se es muy señorito, pero hace un tiempo... osease, que me he transportado en el espacio y en el tiempo, y esa sensación os he querido transmitir.
Localicé a buen precio una maqueta de un aparato bastante inusual, El Baika (梅花) o flor de melocotón era un avión suicida que usaba el mismo motor que las bombas volantes V1 alemanas. La guerra se acabó antes de que pudiera volar, pero ya había planos, y basados en ellos ha salido esta maqueta.
Es bastante simple como se puede ver en el despiece. Se trata de una maqueta de serie corta realizada en resina por AV Models en escala 1/72. No tiene muchas burbujas pero requiere un cierto trabajo de sellado de las mismas.
Las líneas de los paneles son negativas, lo cual es bueno, pero en el proceso de lijado y pulido me he pulido (valga la rebuznancia) varias de ellas, y miedo me da tratar de reescribirlas. Ya veremos lo que hago. He acabado de momento el fuselaje y las superficies verticales. Creo que me he pasado un poquito con el diedro del plano de babor, pero ya veremos cuando esté acabado.
El principal cambio que quiero hacer es una reconstrucción completa del motor. La pieza de la maqueta es sólida, lo cual le quita realismo, y no me convence la idea de ahuecar los extremos, no sólo por la dificultad de hacerlo bien, sino también por todo el polvillo de resina que eso genera, polvillo que puede acabar en tus pulmones produciendo silicosis.
En fin, quizá detenga la construcción en este estado por un tiempo. Me gustaría acabar de una vez el Mitsubishi F1M, que está al 90% riéndose de mí en su caja.
Despiece completo. La maqueta viene sin ranuras de encastre, así que el alineado final depende del ojímetro de cada uno. Las piezas metálicas son para el asiento, palanca de control y tren de aterrizaje. Este último lo voy a sustituir también por piezas metálicas más finas, salvo la rueda de cola. Las calcas se suponen que son flores de melocotón, pero aunque el color es correcto, la forma es de flor de cerezo.
Primera imprimación. Tras esta seguí cubriendo burbujas y suavizando algunas zonas aplanadas tras el lijado. El esquema de color será el típico verde y gris.
Estos sacos terreros no son para impedir la entrada o salida de clientes. Son para proteger el local en caso de inundación. Si ello sucede, se monta la barricada frente a la puerta y el agua no entra. Es muy habitual encontrar estos sacos en la entrada de garajes e incluso apartamentos.
En uno de mis caóticos paseos me encontré un domicilio doblemente interesante. No sólo su nombre estaba en español, sino que su apariencia era de los más sorprendente.
He aquí el nombre, aunque de naranja es lo único que tiene.
Aquí hay una vista más amplia. Se trata de la típica vivienda unifamiliar, pero realizada con bloques macizos de hormigón sin lucir. Desde luego haría falta un terremoto de magnitud 9 para romper esta casa, y sería un buen refugio antinuclear sin necesidad de irse bajo tierra.
Hoy he hecho una salida motera, que ha resultado harto interesante. He pasado por sitios nuevos, como el Aqua-Line, una combinación de túnel y puente que cruza la bahía de Tokio. He ido a la penísula de Bōsō, al este de Yokohama, cruzando la bahía.
El objetivo era comer ramen en un restaurante rústico. No antiguo, porque la decoración era de los 70. Los fideos son hechos a mano, y hay un número limitado de servicios cada día. Lo cierto es que no estaba mal, pero aunque pedí uno con poco picante, no me lo pude acabar...
El recorrido acabó en el monte Kano, uno de los puntos más altos de la península, que no se caracteriza por su altura media. En la moto también he experimentado cosas nuevas, como un par de shimmies o sacudidas violentas de la dirección con la rueda delantera en el aire, pero lo preocupante me ha pasado después.
Éramos un grupo de cuatro, y yo era el tercero. En un adelantamiento, el que me precedía redujo de repente su velocidad para volver a su carril, y de repente me lo encontré encima. Frené demasiado bruscamente y la rueda delantera se bloqueó. La dirección se cruzó varias veces, pero logré controlar la situación, ya que simplemente hay que dejar de frenar. Me aparté a un lado y luego volví a frenar para no alcanzar a un coche, pero ya controladamente. El que iba detrás de mí me dijo luego que fue de lo más espectacular, pues dejé una larga línea negra en el asfalto y un montón de humo blanco, aderezados con un penetrante chirrido.
Cuando se bloquea la rueda delantera, lo normal es que la dirección gire y la moto caiga hacia ese lado. En mi caso la dirección osciló porque la tenía aferrada, y solté el freno inmediatamente. Un poco más y cato el asfalto japonés. Por cierto, aquí hay un vídeo donde podéis ver cómo se siente en primera persona. Está en el segundo 18.
En este otro vídeo podéis ver lo que pasa normalmente tras bloquear la dirección.
Y ahora veamos una selección fotográfica de la mañana:
Ya comenté que no me pude acabar el ramen. Menos mal que también comí esto, lonchas de carne de cerdo sobre una base de arroz.
He aquí el ramen interfecto.
Vista desde el monte Kano.
Las monturas de los intrépidos. Falta uno, que después de comer tenía quehaceres y se marchó.
Cuando llegamos al restaurante, comprobé que hubo dos sacudidas sísmicas de magnitud 3 más o menos cuando tuve mis propias sacudidas, aunque no hay ninguna relación. Digo yo, vamos...
El último de los carteles que ponen por las estaciones para prevenir que cruces distraidamente la línea amarilla de precaución es el siguiente:
Me encanta lo bien retratados que están los estereotipos: el borracho alegre (aquí dicen yopparai, y dan ganas de responder y yo por allá. Vale, me callo.) que sueles encontrarte habitualmente los viernes noche, la enamorada perdida (ese corazoncito es genial), el musitroncho aislado de la realidad y el consolero impenitente, a punto de capturar al nieto de Pikachu o de descubrir la colección Victoria´s Secret de Chun-li.
Y por consiguiente del invierno. Fue el pasado viernes, y me refiero a Tokio, que por otras zonas ya ha estado nevando un tiempo. Pese a ser bastante fuerte en ocasiones, no llegó a cuajar, pues se alternaba con aguanieve y la temperatura no era lo bastante baja. Por cierto, el día siguiente estuvo lloviendo bastante y debo decir que cuando circulas en moto con unos guantes supuestamente impermeables, y se empapan de agua helada, acabas con los dedos totalmente insensibles. Hacía tiempo (lustros) que no tenía esa sensación. Tendré que mirar unos guantes calefactados...
Puedo prometer y prometo que la Torre de Tokio está ahí mismo, detrás de la neblina.
En un arranque de hiperactividad, me ha dado por un hidro soviético que tengo desde allá por el 2005, pero nunca me había metido en serio con él. Lo cierto es que es un modelo bastante crudo, sin interiores y con las partes transparentes de una calidad pésima, vacuformadas en un plástico quebradizo. Además el modelo es de resina, y curiosamente, no he encontrado ninguna referencia al fabricante, ni una tan sólo. Existe al menos otro modelo equivalente realizado por RPM, pero en plástico inyectado. Este parece haber sido hecho a partir de ese modelo, artesanalmente. Lo cierto es que la línea no está nada mal, pero o bien no hay líneas de panelado o parece que estén hechas con un arado, valga el pareado. La resina azul está llena de burbujas, con lo que superficie de la maqueta está plagada de agujeritos, que hay que enmasillar convenientemente.
Por supuesto no hay ningún tetón ni referencia alguna para casar las piezas como el timón, alas, soporte de las mismas... he tenido que hacerlo todo a ojímetro, con unos pequeños agujeros donde he insertado partes de un clip, que hacían la función de puntos de unión.
Una de las peores piezas son los flotadores auxiliares de las alas, dado que por su parte inferior son totalmente planos, y me temo que así se van a quedar. El mejor elemento de la maqueta, fuselaje aparte, es el motor y su calandra, a la que me he atrevido a hacerle unas ranuras para simular las rejillas. Sobre el motor debe ir la entrada de aire para el carburador, y voy a reciclar la de un Spitfire que tenía por aquí. Los escapes los haré con tubo de plástico cortado en diagonal.
Lo que más me preocupa es el encaje de las piezas transparentes, que es lamentable. En fin, de momento es lo que hay, veremos lo que sigue...
Ya comenté que las noticias acerca de radioactividad localizada aquí y allá son constantes. Nunca a un nivel que nos mate directamente, pero a veces sí lentamente.
El último caso es curiosísimo. Resulta que en un edificio nuevo construido en Nihonmatsu tras el accidente, y en el que mayoritariamente se alojaban desplazados de la zona de exclusión, las mediciones de radiactividad eran mayores en el interior que en el exterior.
Tras un análisis mas detallado, se comprobó que la radiación, de hasta 1,24 microsievert por hora, procedía de la misma estructura del edificio. Tirando del hilo se descubrió que una cantera próxima a la central dañada, en Namie, había seguido trabajando, extrayendo rocas, triturándolas y vendiéndolas para hacer hormigón y cemento, hasta el momento en que gobierno decretó la zona de exclusión.
El presidente de la compañía que explota la cantera se ha disculpado, y ha añadido que el gobierno no indicó la obligación de realizar controles de radiación a la roca y la arena. Esa compañía vendió 5000 toneladas de su producto contaminado a otras 19 compañías. De ellas, se ha investigado a un par y se ha descubierto que vendieron cemento realizado con esas piedras a más de 200 compañías de construcción, y no hay datos sobre qué hicieron las otras 17.
Las 200 compañías referidas emplean sus productos en la construcción de casas, carreteras y otras estructuras, con lo que podemos tener cesio radiactivo repartido por todo el país, ya que se está investigando qué hicieron otras 9 canteras en la misma situación. Haced las cuentas y veréis que los resultados son mareantes. Es bien cierto eso del ventilador, ¿eh? Parece lo de las subprime. En lugar de tener toda la porquería en un sitio, se reparte a trocitos por todas partes, y así todo el mundo tiene un poco. Al menos han reducido el cesio en algún sitio, que algo positivo hay que encontrar siempre en todo, ¿no?