¿Quien no ha disfrutado con esa bomba de colesterol con agujero que son los
dónuts? Sin embargo no voy a hablar hoy (no mucho, al menos) de tan entrañable merendola. Para los nostálgicos, y los ávidos de sensaciones, les recomiendo la visualización de
este anuncio setentero, pagando especial atención a la última frase, pues es exactamente lo que me acaeció ayer.
En la pausa del bocata (o del
onigiri por estos lares) dirigí mis piececitos al
kombini más cercano (modo marujeo on)
un AM/PM, que ha sido absorbido por FamilyMart y en breve cambiará su denominación (modo marujeo off), donde compré un frugal tentempié.
Parece sacado de aquí, pero es original mía. Y si, es un emparedado de fresas con nata...
No sé porqué oscura intuición o misterioso pálpito, al volver al curro y disponerme a empezar a mover el bigote, eché súbitamente mano al bolsillo donde guardo la cartera y, oh, malhaya, ya no estaba junto a mí. No es que hubiese perdido mucho dinero, porque los pobres como yo no solemos llevar demasiado, pero todas esas tarjetitas que tanto cuestan de conseguir (sanitaria, de residencia, licencia de conducción, amén de DNI y alguna otra) también vivían en mí cartera, y de pronto pasé de ser un probo ciudadano extranjero a un indocumentado sospechoso.
Tras el lógico ataque de histeria, mesado de cabellos, rasgado de vestiduras y rebozado con ceniza, dejé mis míseros alimentos esperando una mejor ocasión y revertí mis pasos hasta el
kombini. Si alguien es lo bastante masoquista como para leer mi blog asiduamente (hay gente para todo), se habrá percatado hábilmente que el japonés es para mi casi tan extraño como el mongol citerior, con lo que cuando llegué al
kombini no sólo no recordaba la palabra para cartera (
saifu, por cierto), sino que no atiné ni a preguntar si hablaban inglés.
En fin, tras jugar un poco a la mímica con mi monedero, y sabiendo que no hablanban inglés, exclamé
eeeee... like this, but black, and it opens like that... el kombinero dijo
aaaaah... ¡saifu!, a lo que yo dije
¡eso!
Y sí... ¡ahí estaba! Toda negra, con poco dinero y tooooodos mis tarjetones.
Menos mal.
Y es que esto es Japón, que si no...